pH en orina – En medicina se considera que la orina habitualmente mantiene rangos de pH entre 5 y 8 aunque:
Valores mantenidos siempre o casi siempre por encima de 7,5 reflejan una falsa alcalinidad o enfermedad subyacente. Valores mantenidos siempre o casi siempre entre 5 y 6 nos muestran una acidosis metabólica crónica leve (definición que todavía no está reconocida por la medicina oficial y que por lo general es fruto de la alimentación). Valores mantenidos por debajo de 5 reflejan una acidosis metabólica manifiesta y son sinónimo de enfermedad.
La primera orina de la mañana acostumbra siempre a estar más ácida que la del resto del día, pudiendo encontrar valores de 6,5 ó inferiores y a lo largo del día subir incluso hasta 7,4 ó superiores si ya se lleva tiempo haciendo una dieta adecuada (por diversas razones consideraríamos adecuado, que dos terceras partes de su composición sea de carga alcalina y un tercio de carga ácida), acompañada de buena hidratación y hábitos saludables.
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¿Qué es pH en orina 6?
El pH de la orina es uno de los diferentes parámetros que se obtienen cuando se realiza un chequeo completo de nuestro cuerpo y refleja tanto la actividad metabólica como el bienestar del organismo, En una persona sana, el pH de la orina suele tener un valor de 6 (sin embargo, puede oscilar entre 4,5 y 8 ), por lo que éste es ligeramente ácido (se considera pH neutro un valor de 7).
- La dieta es un factor que condiciona activamente el valor del pH urinario, aumentando con dietas estrictamente vegetarianas y disminuyendo con dietas más carnívoras o ricas en proteínas.
- Aun así, existen ciertas situaciones en las que un cambio en el valor del pH urinario puede indicar que algo no funciona correctamente en nuestro organismo.
Un valor demasiado elevado o demasiado bajo puede favorecer la formación de cálculos renales, de tener infección de orina, calcificación del catéter urinario u otras patologías relacionadas con el tracto urinario y con el equilibrio ácido-base de la orina.
- Por ejemplo, un valor de pH urinario cercano a 8 con presencia de nitrito en el análisis de orina, que normalmente no está presente, indica la existencia de una infección bacteriana en las vías urinarias.
- Otro caso sería la relación del pH urinario con la litiasis renal, y los diferentes tipos de cálculos renales que la causan: un valor inferior a 5,5 favorecerá la formación de piedras en el riñón de tipo ácido úrico, cistina y oxalato cálcico, mientras que un pH superior a 6,2 favorecerá dicha formación del tipo cálcico, estruvita y oxalato cálcico.
Por estas razones resulta imprescindible tener un control sobre este parámetro y aplicar algunas correcciones cuando varía su valor, Normalmente se suele recomendar algún cambio en el régimen alimentario, pero debido al bajo cumplimiento de las medidas dietéticas, se recomienda suplementar la dieta con complementos alimenticios que nos ayuden a corregir el desajuste del pH urinario y así prevenir la formación de cálculos renales, entre otras patologías.
Aquellos complementos alimenticios que incorporen “citrato” nos ayudarán a incrementar el pH de la orina, mientras que los que incorporen “L-metionina” nos facilitarán su acidificación. Este control del pH urinario está indicado en personas con tendencia a la formación de cálculos renales, a portadores de catéteres urinarios, a personas afectadas por cistitis recurrente e infección del tracto urinario, síndrome de vejiga dolorosa, vejiga hiperactiva y otras enfermedades urológicas.
Para más información consulte aquí,
¿Cuál es el nivel de pH normal en la orina?
Es un examen que mide el nivel de ácido en la orina. Después de que usted entrega la muestra de orina, esta se analiza de inmediato. El proveedor de atención médica utiliza una tira reactiva hecha con una almohadilla con escala cromática. El color en la tira reactiva le indica al proveedor el nivel de ácido en su orina.
Acetazolamida Cloruro de amonio Mandelato de metenaminaCitrato de potasio Bicarbonato de sodioDiuréticos tiazídicos
NO deje de tomar ningún medicamento antes de hablar con su proveedor. Consuma una alimentación equilibrada y normal durante varios días antes del examen. Tenga en cuenta que:
Una dieta rica en frutas, verduras o productos lácteos distintos al queso puede aumentar el pH de la orina.Una dieta rica en pescado, carne o queso puede disminuir el pH de la orina.
El examen implica únicamente la micción normal. No produce ninguna molestia. Su proveedor puede ordenar este examen para verificar si hay cambios en los niveles de acidez en la orina. Se puede realizar para ver si usted:
Está en riesgo de presentar cálculos renales, Se pueden formar diferentes tipos de cálculos según cuánta acidez tenga la orina.Tener una afección metabólica, como acidosis tubular renal.Necesita tomar ciertos medicamentos para tratar infecciones en las vías urinarias. Algunos medicamentos son más efectivos cuando la orina es ácida o no ácida (alcalina).
Los valores normales fluctúan entre 4.6 y 8.0 en el pH. Los ejemplos de arriba son mediciones comunes para los resultados de estos exámenes. Los rangos de los valores normales pueden variar ligeramente entre diferentes laboratorios. Algunos laboratorios utilizan diferentes mediciones o analizan muestras diferentes.
Riñones que no eliminan apropiadamente los ácidos (acidosis tubular renal)Insuficiencia renalBombeo del estómago (succión gástrica para extraer el líquido del estómago)Infección en el tracto urinarioVómitos
Un pH bajo en la orina puede deberse a:
Cetoacidosis diabéticaDiarreaDemasiado ácido en los líquidos corporales ( acidosis metabólica ), como la cetoacidosis diabética Inanición
Este examen no presenta ningún riesgo. Bushinsky DA. Kidney stones. In: Melmed S, Auchus RJ, Goldfine AB, Koenig RJ, Rosen CJ, eds. Williams Textbook of Endocrinology,14th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 32. Fogazzi GB, Garigali G. Urinalysis. In: Feehally J, Floege J, Tonelli M, Johnson RJ, eds.
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¿Cuál es el nivel de pH normal en una mujer?
Resumen Objetivos Valorar la utilidad de la determinación del pH vaginal en el primer control del embarazo para el diagnóstico de vulvovaginitis y su relación con la patología obstétrica. Material y métodos Hemos realizado el estudio en 200 embarazadas de bajo riesgo. Efectuamos el pH vaginal en el primer control del embarazo a las gestantes. Independientemente de su sintomatología, tomamos cultivo de exudado vaginal (CEV) a 103 pacientes; a las otras 97 pacientes lo realizamos si tenían síntomas y/o un pH > 4,5. Solo pusimos tratamiento si eran sintomáticas. Seguimos la evolución de sus embarazos para valorar su patología obstétrica y sus partos. Resultados La media de pH en la muestra fue 4,41 (4,04–4,78). Encontramos una asociación estadísticamente muy significativa entre la elevación de pH vaginal superior a 4,5 y el aislamiento mediante cultivo de Gardnerella vaginalis (G. vaginalis) (p < 0,000), con un OR de 35,15 (4,67–730,39). La mayoría de los cultivos fueron normales, y los gérmenes aislados por orden de frecuencia fueron: Candida albicans (C. albicans) (17,5%), G. vaginalis (7,8%) y Streptococcus agalactiae (7,8%), siendo más del 85% de las gestantes portadoras asintomáticas. La patología obstétrica registrada en nuestra muestra ha sido: amenazas de parto prematuro (2%), roturas prematuras de membranas (2%), partos pretérmino (4,5%) y abortos espontáneos (6%). Conclusiones El pH vaginal puede ser una buena prueba de cribado para el diagnóstico de vaginosis bacterianas. El germen más prevalente en nuestra muestra ha sido C. albicans siendo la mayoría de gestantes portadoras asintomáticas. No hemos encontrado relación entre la patología obstétrica registrada y los gérmenes aislados en los cultivos de exudado vaginal. Palabras clave: pH vaginal Vulvovaginitis Patología obstétrica Abstract Objective To assess the usefulness of vaginal pH determination in the first prenatal visit in the diagnosis of vulvovaginitis and its association with obstetric abnormalities. Material and methods We determined vaginal pH in the first prenatal visit in 200 low-risk pregnancies. In 103 women, vaginal secretions were cultured, independently of their symptoms. In the remaining 97 women, culture was performed only if symptoms were present and/or pH was >4.5. Treatment was prescribed in symptomatic women only. The pregnancies were followed up to evaluate obstetric abnormalities and data on deliveries. Results The mean pH in the study sample was 4.41 (4.04–4.78). We found a statistically significant association ( P <.000) between an increase in vaginal pH over 4.5 and isolation through culture of Gardnerella vaginalis (G. vaginalis), with an OR of 35.15 (4.67–730.39). Most cultures were normal. In order of frequency, the identified microorganisms were Candida albicans (C. albicans) (17.5%), G. vaginalis (7.8%) and Streptococcus agalactiae (7.8%). More than 85% of the carriers were asymptomatic. Obstetric pathology in our sample consisted of preterm labor (2%), premature rupture of membranes (2%), preterm delivery (4.5%) and miscarriage (6%). Conclusions Vaginal pH determination might be an effective screening test for the diagnosis of bacterial vaginosis. The most prevalent microorganism in our sample was C. albicans and most carriers were asymptomatic. We found no relationship between obstetric pathology and the microorganisms isolated in cultures of vaginal secretions. Keywords: Vaginal pH Vulvovaginitis Obstetric pathology Texto completo Introducción A pesar de todos los avances científicos seguimos sin conocer cuál es la principal causa de los partos pretérmino. Existen múltiples factores relacionados, pero quizás uno de los más importantes 1 sean las infecciones vulvovaginales. Existen diferentes programas de detección y tratamiento de las infecciones del aparato genital para prevención del parto prematuro 2,3, pero existen muy pocos estudios sobre la determinación del pH vaginal durante el embarazo como prueba de cribado en el diagnóstico de vulvovaginitis 4,5, El pH se considera uno de los cuatro criterios clínicos descritos por Amsel desde 1983 6 para el diagnóstico de vaginosis bacteriana. Las causas de las vulvovaginitis 7 en la población general son en un 90% infecciosas y los gérmenes implicados por orden de frecuencia son: gardnerella (40-50%), cándida (20-25%) y tricomonas (15-20%). Pero existen variaciones según la población estudiada y hay muchos menos estudios de su prevalencia durante el embarazo 8–11, Por otra parte, no todos los gérmenes se han relacionado con la patología obstétrica, los más estudiados han sido las vaginosis bacterianas y, sin embargo, no se han relacionado con esta patología las candidiasis 12, Los objetivos de nuestro estudio han sido, por un lado, valorar la utilidad de la determinación del pH vaginal en embarazadas de bajo riesgo de nuestro medio para el diagnóstico de vulvovaginitis y, por otra parte, determinar la influencia de la infección vaginal en el desarrollo de la patología obstétrica. Material y métodos Hemos efectuado el estudio a 200 embarazadas de un ambulatorio de Bilbao. Durante el primer control de embarazo, normalmente entre las semanas 11 y 14, e independientemente de su sintomatología, efectuamos el pH (mediante tira de pH vaginal) junto con el cultivo de exudado vaginal (CEV) en las 103 primeras pacientes. En las 97 restantes, realizamos el pH y únicamente tomamos CEV si tenían un pH > de 4,5 y/o clínica de vulvovaginitis. Siguiendo las recomendaciones actuales del Centers for Disease Control and Prevention (CDC) 12, Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) 13 y la revisión bibliográfica efectuada 14, en ambos grupos indicamos tratamiento solamente si las pacientes eran sintomáticas. En cada gestante recogimos los siguientes datos: edad, paridad, antecedentes obstétricos y ginecológicos, sintomáticas o asintomáticas, citología, pH, CEV, tratamiento, patología obstétrica (amenaza de parto prematuro, rotura prematura de membrana, abortos) y datos del parto (semanas de gestación y tipo de parto). Para la realización del estudio estadístico descriptivo en variables cuantitativas se emplearon las medidas de tendencia central y de dispersión habituales (media, mediana, varianza y desviación típica) y el cálculo de las distintas frecuencias observadas en las variables cualitativas. Se estudió la asociación entre los resultados de los cultivos obtenidos y la medición del pH vaginal mediante un test exacto de Fisher. Todos los cálculos estadísticos fueron llevados a cabo mediante los programas EpiInfo v.2.3 (CDC, Atlanta, EE.UU.) y PASW Statistics v.18 (IBM Corp., Somers, EE.UU.). Resultados La media de pH en nuestra muestra de 200 gestantes fue de 4,41 (4,04-4,78) coincidiendo con los valores normales de pH reflejados en la literatura en las mujeres en edad fértil 5, La edad media registrada ha sido de 32,3 (16-47) años, siendo 107 gestantes multíparas. Con respecto a los datos del parto, la media fue de 39 semanas (31-42 s), con el 64,4% de partos eutócicos, 15,2% de cesáreas, 13,6% de partos instrumentales y 6,8% de abortos. Para relacionar la sintomatología clínica con el valor del pH y el resultado del CEV, dividimos los datos en dos grupos: el primero de 103 gestantes a las que realizamos el pH y el CEV independientemente de su sintomatología ( fig.1 ). En el segundo grupo de 97 embarazadas ( fig.2 ) efectuamos el pH a todas las gestantes, pero únicamente recogimos el CEV si el pH era > 4,5 y/o tenían sintomatología de vulvovaginitis. Esto lo hemos realizado teniendo en cuenta que no hemos tenido ningún caso de vaginosis bacteriana en pacientes asintomáticas con un pH normal, y que en las portadoras asintomáticas de estreptococo y/o cándida durante el embarazo no se recomienda su tratamiento. Para poder estudiar las portadoras asintomáticas, analizamos los resultados de los cultivos ( tabla 1 ), centrándonos en el primer grupo de gestantes, en el que realizamos pH y CEV a todas las gestantes. Si valoramos los cultivos de toda la muestra de 200 gestantes, los resultados globales han sido: 58 (29%) no realizados por pH normal y estar asintomáticas, normales 84 (42%) y patológicos 58 (29%), con 30 (15%) de cándidas, 21 (10,5%) de gadnerella (todas menos una con pH > 4,5), 13 (6,5%) de estreptococo y una (0,5%) caso de gonococo. En 7 (3,5%) casos se aislaron varios gérmenes. Se observó una asociación estadísticamente muy significativa entre la elevación de pH vaginal y el aislamiento mediante cultivo de Gardnerella vaginalis (G. vaginalis) (p < 0,000), lo que sugiere que el aumento del pH pudiera estar ligado con el sobrecrecimiento de dicho microorganismo. Calculando la OR entre los valores de pH vaginal superiores a 4,5 y el aislamiento de G. vaginalis en cultivo obtuvimos un valor de 35,15 (4,67-730,39) lo que nos indica que tenemos una posibilidad 35 veces mayor de aislar dicho microorganismo en una muestra vaginal con un pH mayor de 4,5 respecto a aquellas con un pH inferior a este punto de corte. Otro objetivo de nuestro estudio ha sido relacionar los resultados de los cultivos con la patología obstétrica ( tabla 2 ) para lo que seguimos la evolución del embarazo en todas las pacientes. Hemos tenido 4 (2%) amenazas de parto prematuro. En una de ellas, sintomática en el primer control de embarazo y con un pH normal, aislamos Candida albicans (C. albicans), por lo que la tratamos, siendo el parto a las 38 semanas. Las otras tres gestantes estaban asintomáticas, y tenían un pH normal (dos de ellas no tenían recogido CEV en el primer control del embarazo). Una de éstas tuvo un RPM y parto a las 36 semanas; en la otra, se había aislado C. albicans, pero no se puso tratamiento por estar asintomática, teniendo un parto pretérmino a las 31 semanas. Hemos tenido 9 casos (4,5%) de parto pretérmino. Uno de ellos fue un caso de prematuridad severa a las 31 s; otro, un caso de prematuridad moderada, que era asintomática, con pH normal y CEV (cándida) en la primera consulta, y que tuvo RPM y parto prematuro a las 33 s. La gran mayoría, 7 pacientes, presentaron prematuridad leve, siendo todas ellas asintomáticas en el primer control (6 tenían un pH normal y una un pH > de 4,5 con CEV normal). Entre los 9 partos pretérmino tres fueron espontáneos y 6 inducciones (4 de las cuales tras rotura prematura de membranas). Realizamos en estas pacientes tres cesáreas todas ellas después de inducciones por diferentes motivos: una por colestásis, otra por crecimiento intrauterino retardado (CIR) + preeclampsia ambas finalizaron en cesárea por riesgo de pérdida de bienestar fetal y la tercera cesárea fue por detención secundaria de la dilatación tras inducción debido a RPM. Si analizamos las 4 (2%) roturas prematuras de membranas, todas eran asintomáticas y tuvieron un pH normal en el primer control del embarazo. Una de ellas no se hizo CEV, y corresponde con el caso anteriormente comentado de la APP y RPM con parto a las 36 semanas; en otra, el CEV fue normal, pero tenía un útero polimiomatoso y rompió la bolsa a las 32+5 s con parto en la 34 s; en la tercera se aisló cándida, no se puso tratamiento y el parto fue a las 33 s; y por último, en la cuarta, se aisló cándida + estreptococo, no se realizó tratamiento y el parto fue a las 36 s. Además tuvimos 12 (6%) abortos: 6 tenían un aborto previo, dos de ellas cirugía uterina anterior y todas ellas estaban asintomáticas. El pH fue normal en 9 de las gestantes con CEV: 5 no realizados, tres normales, una cándida y un estreptococo (único caso de coriamnionitis postamiocentesis) y en tres pacientes el pH fue > de 4,5 con dos CEV normales y una G. vaginalis, Para terminar solo tuvimos un caso de feto muerto intrauterino a las 33 s después de intento de drenaje de derrame pleural severo. Esta paciente tuvo todo el control del embarazo normal (pH, CEV, serologías, estudio cromosómicos) sin encontrarse ninguna causa del derrame. Discusión Actualmente las infecciones se consideran uno de los factores patogénicos 15 del parto pretérmino susceptible de ser diagnosticado y tratado. Dentro de ellas se encuentran las vulvovaginitis. Aunque se han relacionado con diferentes gérmenes, no es tan fácil encontrar su relación causal, y su tratamiento muchas veces es controvertido. No parecen existir dudas en cuanto al tratamiento de las pacientes sintomáticas 12,13 y, sin embargo, no se recomienda su tratamiento en mujeres asintomáticas, aunque podrían beneficiarse algunas gestantes de alto riesgo obstétrico con vaginosis bacteriana. Las vaginosis bacterianas se han relacionado en múltiples estudios 18–23 con el parto pretérmino. Para su diagnóstico se deben cumplir tres de los 4 criterios clínicos de Amsel 6 : flujo homogéneo, blanco-grisáceo que cubre suavemente las paredes vaginales, pH > 4,5, test de aminas positivo (fuerte olor a pescado al añadir KOH al 10%, que también sucede con las relaciones sexuales al contacto con el semen), y células clave en el frotis en fresco. El cultivo vaginal no se recomienda para su diagnóstico porque aparece la G. vaginalis hasta en el 50% de las mujeres asintomaticas 12, En nuestro estudio hemos intentado valorar la utilidad de la determinación del pH para el diagnóstico de las vulvovaginitis teniendo en cuenta la facilidad de realización de la prueba y su bajo coste. Los valores del pH vaginal considerados normales en una mujer fértil se sitúan entre 4-4,5 debido a los lactobacilos productores de peróxido de hidrogeno y ácido láctico de la flora vaginal que acidifican el flujo protegiéndoles de infecciones. Sin embargo, en la premenarquia y postmenopausia el pH es > 4,7 ya que, debido al déficit estrogénico, se produce menos glucógeno, que es el sustrato para el crecimiento de los lactobacilos 7, También en algunas infecciones vaginales, como las vaginosis bacterianas y las tricomoniasis, el pH es > 4,5. No sucede lo mismo en las candidiasis, que coinciden con valores normales (4-4,5) por lo que la determinación del pH vaginal no es útil para su diagnóstico. Los valores de pH que aparecen en la literatura han sido confirmados en nuestras gestantes, con un valor medio medido de 4,41. La mayoría, 19 de los 30 casos de cándida aislados tuvieron un valor normal de pH, y de las 11 en las que el pH fue > 4,5, en 4 aislamos varios gérmenes. Encontramos 13 casos de Streptococcus agalactiae (S. agalactiae), 5 con un pH normal y 8 con pH > 4,5. Lo más llamativo de nuestros resultados ha sido que de los 21 casos de G. vaginalis todos menos una han tenido un pH > de 4,5. Esto corroboraría el valor diagnóstico del pH para el diagnóstico de las vaginosis bacterianas, como ya fue descrito por Amsel en 1983 6 considerándolo uno de los 4 criterios clínicos para su diagnóstico. Para poder analizar las portadoras asintomáticas reflejaremos los datos del primer grupo de 103 gestantes a las que realizamos pH junto con CEV. Los cultivos fueron normales en el 68,9% de las gestantes, de las cuales el 94,4% estaban asintomáticas. En el 17,5% aislamos C. albicans (88,9% asintomáticas); G. vaginalis apareció en el 7,8% de gestantes (87,5% asintomáticas) y S. agalactiae en el 7,8% (87,5% asintomáticas). Nuestros datos difieren con los encontrados en la literatura 7,8,13 que aíslan la cándida en el 20-25% de las vulvovaginitis (10-50% asintomaticas); gadnerella en el 40-50% (hasta más del 50% asintomaticas) y tricomonas en el 15-20% (5-15%). Estas variaciones en los datos recogidos probablemente tengan que ver con las diferencias existentes según la población estudiada 9–11 debiéndose tener en cuenta que nuestra muestra contiene solo mujeres embarazadas de bajo riesgo. En cuanto al tratamiento de las vulvovaginitis durante el embarazo existe consenso en tratar a las gestantes solo si tienen clínica, siendo las pautas recomendadas por el CDC 12 y la SEGO 13 : para las candidiasis, derivados azólicos locales en pauta larga, 7 días (nosotros utilizamos el clotrimazol o fenticonazol); en los casos de vaginosis bacteriana metronidazol o clindamicina (utilizamos metronidazol gel durante 5 días); y en las tricomonas se recomienda metronidazol oral 2 g dosis única (no tuvimos ningún caso en nuestra muestra). Tampoco se deben tratar las candidiasis en embarazadas sin clínica, ya que no se han relacionado con resultados adversos durante el embarazo 17, Sin embargo, el diagnóstico y tratamiento de la gestante asintomática con una vaginosis bacteriana es controvertido 3,18–23, Según el CDC 12, y apoyándose en múltiples estudios 14-22, podría reducir el riesgo de prematuridad en gestantes de alto riesgo por parto pretérmino previo, pero existen datos insuficientes para hacer una recomendación como práctica rutinaria. Ya que la población estudiada era en principio de bajo riesgo obstétrico, únicamente tratamos a las pacientes sintomáticas, pero seguimos la evolución de los embarazos de toda la muestra. La patología obstétrica recogida en nuestras gestantes ha sido: Cuatro casos (2%) de APP. Este dato es difícil de comparar con la literatura ya que muchas corresponden con falsas amenazas de parto prematuro. Lo que sí se recoge en los trabajos consultados son los partos pretérmino, que suelen suponer entre un 8-10% 24, aunque en nuestra muestra ha sido algo inferior: 9 casos, lo que supone un 4,5%. Probablemente, esta disparidad tenga que ver con que nuestras gestantes son de bajo riesgo obstétrico. No tuvimos ningún caso de prematuridad extrema (< 28 s), y en la mayoría de casos, 7 (77,7%), los partos se produjeron entre la 34-36 + 6 s, lo que constituye un grado de prematuridad leve, coincidiendo con los datos recogidos en la literatura 24, Hemos tenido otros 4 casos de RPM, lo que supone un 44,4% de los partos pretérmino, siendo algo más alto en nuestra muestra que en la bibliografía revisada, que habla de un 20-30% 15,24, También hemos registrado los abortos espontáneos: 12 casos (6%). La mitad de las pacientes tenía al menos un aborto previo (dos de éstas tenían cirugía uterina previa). La prevalencia es más baja que la reflejada en la literatura de entre el 10-20% de los embarazos 25, En nuestra muestra, C. albicans ha sido el germen más prevalente en las gestantes con patología obstétrica (APP, parto pretérmino, RPM y abortos), lo que posiblemente se explique porque ese ha sido el germen más frecuentemente aislado. Sin embargo, no podemos relacionar las vaginosis bacterianas con la patología obstétrica según los datos recogidos. Esto apoyaría la recomendación actual de grado 1A: no existe evidencia de que el cribado y el tratamiento de las vaginosis bacterianas reduzca el riesgo del parto pretérmino 26, Conclusiones En nuestro estudio, el pH vaginal ha resultado de gran utilidad para el diagnóstico de vaginosis bacteriana. Además, tenemos que tener en cuenta la facilidad de obtención de la muestra y el bajo coste de la prueba. Con estos datos creemos que sería interesante incorporarlo más frecuentemente a nuestro arsenal diagnóstico. Existen importantes diferencias en los gérmenes implicados en las vulvovaginitis según la población estudiada, siendo en nuestra muestra C. albicans la más prevalente. Entre las posibles etiologías del parto pretérmino queda por determinar la relación de las vulvovaginitis con la patología obstétrica. Actualmente, y con un grado de recomendación 1A, no existe evidencia de que ni el cribado ni el tratamiento de las vaginosis bacterianas en gestantes asintomáticas de bajo riesgo disminuyan el parto pretérmino, tal como lo hemos podido confirmar en nuestra muestra de 200 gestantes. Sería interesante realizar un estudio con mayor número de pacientes y adecuadamente randomizado para confirmar nuestros resultados y poder aplicarlos a la práctica clínica. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Agradecimientos A nuestra enfermera, M. Ángeles Okamika, por su ayuda incondicional para poder realizar este artículo y su apoyo a nuestra labor clínica diaria. Bibliografía M.T. Aguilar, S. Manzanares. Programas de screening. Prevención de la prematuridad. Fundamentos de obstetricia SEGO, 52 (2007), pp.431-436 Sangkomkamhang US, Lumbiganon P, Prasertcharoensook W, Laopaiboon M. Programas de detección y tratamiento de infecciones del aparato genital inferior para la prevención del parto prematuro (Revision Cochrane traducida). En: Biblioteca Cochrane Plus 2009 Número 4. Oxford: Update Software Ltd., Disponible en: http://www.update-software.com/BCP/BCPGetDocument.asp?DocumentID=CD006178 (Traducida de The Cochrane Library, 2008 Issue 2 Art no. CD006178. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.).H. Kiss, L. Petricevic, P. Husslein. Prospective randomised controlled trial of an infection screening programme to reduce the rate of preterm delivery. BMJ, 329 (2004), pp.371-375 D. Gjerdinjen, P. Fontaine, M. Bixby, J. Santilli, J. 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¿Qué pasa si la orina es ácida?
Imágenes – Nombres alternativos Volver al comienzo pH urinario Definición Volver al comienzo Es un examen que mide la acidez de la orina. Ver también: prueba de sobrecarga ácida Forma en que se realiza el examen Volver al comienzo Para obtener una muestra limpia de orina, los niños y los hombres deben limpiar frotando la cabeza del pene, mientras que las niñas y las mujeres necesitan limpiar entre los “labios” de la vagina con agua enjabonada y luego enjuagar muy bien.
- El médico puede suministrar un equipo de aseo que contiene una solución de limpieza y toallitas o pañitos estériles.
- Para llevar a cabo este examen, la persona orina una pequeña cantidad dentro de la taza del inodoro para eliminar cualquier contaminante de la uretra.
- Luego, recoge una muestra de orina en un recipiente limpio o estéril.
Para un examen, se necesitan aproximadamente de una o dos onzas (30 a 60 ml) de orina. Se retira el recipiente del chorro de orina sin detener el flujo y se puede terminar de orinar dentro de la taza del inodoro. Posteriormente, se lleva la muestra al laboratorio.
- Para los bebés, se limpia y se seca el área genital y luego se adhiere un dispositivo de recolección para recoger la orina.
- Si se le solicita al adulto recoger la orina, debe asegurarse de que el dispositivo de recolección esté bien sujetado para evitar escapes.
- Después de que el bebé haya orinado, la orina (al menos 20 cc) se echa en un recipiente estéril.
Preparación para el examen Volver al comienzo Es posible que el médico aconseje suspender ciertos medicamentos que pueden afectar los resultados del examen.
Los medicamentos que pueden aumentar el pH de la orina abarcan acetazolamida, citrato de potasio y bicarbonato de sodio. Los medicamentos que pueden disminuir el pH de la orina abarcan cloruro de amonio, diuréticos clorotiazídicos y el mandelato de metenamina.
Se debe consumir una dieta balanceada normal durante varios días antes del examen.
Una dieta rica en frutas cítricas, verduras o productos lácteos puede aumentar el pH de la orina. Una dieta rica en productos cárnicos o arándanos puede disminuir el pH de la orina.
Lo que se siente durante el examen Volver al comienzo El examen implica únicamente la micción normal y no produce ninguna molestia. Razones por las que se realiza el examen Volver al comienzo Este examen mide el grado de acidez de la orina. Es posible que el médico quiera evaluar el pH de la orina para ver si la persona está en riesgo de presentar cálculos renales,
- La orina ácida se asocia con cálculos de xantina, cistina, ácido úrico y oxalato de calcio; en tanto que la orina alcalina se asocia con cálculos de carbonato de calcio, fosfato de calcio y fosfato de magnesio.
- El médico puede igualmente ordenar este examen si la persona necesita tomar ciertos medicamentos.
Algunos medicamentos son más efectivos en ambientes ácidos o alcalinos; por ejemplo: la estreptomicina, la neomicina y la kanamicina son más efectivas en el tratamiento de las infecciones urinarias cuando la orina es alcalina. Valores normales Volver al comienzo Los valores normales fluctúan de 4.6 a 8.0.
Succión gástrica Insuficiencia renal Acidosis tubular renal Infección urinaria Vómito
Un pH bajo en la orina puede deberse a:
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (por ejemplo, enfisema) Cetoacidosis diabética Diarrea Inanición
El examen también se puede realizar para investigar:
Alcalosis Nefritis intersticial Acidosis tubular renal distal Sepsis
Cuáles son los riesgos Volver al comienzo Este examen no presenta ningún riesgo. Consideraciones especiales Volver al comienzo El pH de la orina puede resultar afectado por diversos factores después de la recolección, como dejar la orina en un recipiente destapado.
Las bacterias usualmente incrementan el pH a medida que descomponen la urea en amoníaco. Actualizado: 10/22/2007 Versión en inglés revisada por: Robert Mushnick, M.D., Clinical Assistant Professor, Department of Nephrology, SUNY Downstate Health Center, Brooklyn, NY. Review provided by VeriMed Healthcare Network.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc. La información aquí contenida no debe utilizarse durante ninguna emergencia médica, ni para el diagnóstico o tratamiento de alguna condición médica. Debe consultarse a un médico con licencia para el diagnóstico y tratamiento de todas y cada una de las condiciones médicas.
¿Cómo leer un examen de orina pH?
Los pH superiores a 7 pueden sugerir la presencia de bacterias, que alcalinizan la orina, mientras que pH inferiores a 5.5 pueden indicar un estado acidótico en la sangre o enfermedad de los túbulos renales.
¿Qué significa tener un pH de 5 en la orina?
Clasificación del pH – AEFA – Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes La escala de pH va de 1 a 14, siendo el pH 7 la disolución neutra. Si el pH es inferior a 7 la disolución es en su conjunto ácida, tanto más ácida cuanto menor sea el valor del pH. Según la escala de pH en la que se encuentre el suelo, los elementos nutritivos pueden estar o no en condiciones de disponibilidad por la planta, e incluso afectar a su grado de toxicidad. Para exponer de forma sencilla la incidencia del pH en la definición del suelo y su incidencia en los nutrientes, realizamos la siguiente clasificación:
Cuando el pH es inferior a 4,5, decimos que es extremadamente ácido y las condiciones del suelo son muy desfavorables. De 4,5 a 5 es muy fuertemente ácido y existe una posible toxicidad por efecto del aluminio. De 5,1 a 5,5 es fuertemente ácido y suele ir acompañado de deficiencia de Ca, K, Mg, N, P, S, Mo exceso de Cu, Fe, Mn, Zn, Co y la actividad bacteriana en el suelo es escasa. De 5,6 a 6 es medianamente ácido y es un suelo adecuado para la mayoría de los cultivos. De 6,1 a 6,6 es ligeramente ácido y es donde se encuentra la disponibilidad máxima de nutrientes. De 6,6 a 7,3 es neutro y los efectos tóxicos de los elementos son mínimos. De 7,4 a 7,8 se denomina medianamente básico y por lo general hay carbonato cálcico en el suelo. De 7,9 a 8,4 es básico y disminuye la disponibilidad de P y Bo, además de una deficiencia creciente de Cu, Fe, Mn, Zn. Co. Aparece la clorosis férrica. De 8,5 a 9 es ligeramente alcalino y aparecen los problemas mayores de clorosis férrica. De 9,1 a 10 es alcalino y existe la presencia de carbonato sódico en grandes cantidades. Por encima 10 es fuertemente alcalino y conlleva un elevado porcentaje de Na intercambiable. La actividad microbiana escasa y hay poca disponibilidad de micronutrientes, excepto del Mo.
Volver al : Clasificación del pH – AEFA – Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes
¿Cómo saber si hay infección en un examen de orina?
Examen visual – Un técnico de laboratorio analiza el aspecto de la orina. La orina suele ser trasparente. La turbidez o el olor anormal pueden indicar un problema, como una infección. La proteína en la orina puede hacerla parecer espumosa. La presencia de sangre en la orina puede hacer que se vea rojiza o amarronada.
¿Qué enfermedades se detectan en un examen de orina?
ARTÍCULOS DE ESTUDIANTES Importancia del examen general de orina, en el diagnóstico preliminar de patologías de vías urinarias renales y sistémicas, en mujeres aparentemente sanas Importance of the general examination of urine, in the preliminary diagnosis of pathologies of renal and systemic urinary routes, in apparently healthy women Arispe Quispe, Melany S.1 Callizaya Laura, Marianela K.1 Laura Yana, Adriana A.1 Mendoza Mendoza, Milena Z.1 Mixto Cano, Jhoseline L.1 Valdez Baltazar, Brenda D.1 Mendoza Ocampo, Eliza 2 Magariños Loredo, Walter 2 Torrico Arzady, Bernardo 2 1 Estudiantes de la FCFB, Carrera de Bioquímica.2 Docentes de la FCFB, Cátedra Anatomía y Fisiología.
Fecha de recepción: 13 de marzo de 2019, Fecha de aceptación: 10 de mayo de 2019 Resumen El examen general de orina (EGO) es una examen de rutina, rápido, de bajo costo y fácil acceso en los servicios de salud para la población. Además proporciona información importante para el diagnóstico de diversas enfermedades como infecciones del tracto urinario, diabetes y enfermedades renales.
Este examen comprende de: el examen físico, el examen químico y el análisis microscópico del sedimento urinario. Se realizó un estudio descriptivo, de corte trasversal en el cual se procesaron 302 muestras de orina provenientes de mujeres aparentemente sanas de primer año de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas (FCFB) y su entorno familiar, además no se incluyó mujeres embarazadas y aquellas que cursaban su ciclo menstrual.
- El objetivo del estudio fue que los estudiantes de primer año de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas (FCFB) realicen correctamente el EGO analizar los resultados obtenidos, para relievar la importancia de este examen de laboratorio, en el diagnostico de algunas enfermedades.
- Los resultados del EGO mostraron en algunas muestras, alteraciones en parámetros como: El aspecto, nitritos positivos, cantidad de bacterias y leucocitos, los cuales se ven asociados a infecciones del tracto urinario.
Así también la presencia de glucosa en orina nos hace sospechar de diabetes. En ambos casos se recomendó a las participantes acudir a su médico, confirmar la sospecha con exámenes específicos y realizar el tratamiento adecuado. Por lo tanto el estudiante debe estar consciente de la importancia de realizar correctamente el EGO ya que los resultados del mismo ayudan al diagnóstico de algunas enfermedades.
- Palabras clave: Examen General de Orina, género femenino, infecciones del tracto urinario Abstract The general urine test (EGO) is a routine test, fast, low cost and easy access in health services for the population.
- It also provides important information for the diagnosis of various diseases such as urinary tract infec-tions, diabetes and kidney diseases.
This test includes: physical examination, chemical examination and microscopic analysis of the urinary sediment. A descriptive, cross-sectional study was conducted in which 302 urine samples from apparently healthy first-year women of the Faculty of Pharmaceutical and Biochemi-cal Sciences (FCFB) and their family envi-ronment were processed, in addition to af-fected women who were not included.
- They were in their menstrual cycle.
- The objec-tive of the study was that first-year students of the Faculty of Pharmaceutical and Bio-chemical Sciences (FCFB) correctly perform the EGO to analyze the detected results, to highlight the importance of this laboratory test, in the diagnosis of some diseases.
The results of the EGO detected in some samples, alterations in parameters such as: The appearance, positive nitrites, quantity of bacteria and leukocytes, which are asso-ciated with urinary tract infections. So also the presence of glucose in urine makes us suspect diabetes.
In both cases, participants were advised to go to their doctor, confirm the suspicion with specific tests and perform the appropriate treatment. Therefore, the student must be aware of the importance of correctly performing the EGO and the results of the same help the diagnosis of some diseases. Keywords: General urine test, female gender, urinary tract infections INTRODUCCIÓN El examen general de orina (EGO), es uno de los análisis de laboratorio más importantes, es considerado como un examen de rutina porque el médico lo solicita con mucha frecuencia pues brinda información general del estado de salud del paciente.
La orina se ha descrito como una biopsia líquida, obtenida de forma indolora, y para muchos la mejor herramienta de diagnóstico no invasiva de las que dispone el médico. Este examen ya era realizado, en Babilonia, aproximadamente 6000 años atrás, Hipócrates desarrolló un método de mucha utilidad denominado uroscopia, que consistía en la observación macroscópica de la muestra, las instrucciones para el examen de orina pueden encontrarse en el Corpus Hippocraticum, una recopilación de textos médicos redactados por diversos autores de la Escuela de Hipócrates.
- El EGO apoya al diagnóstico y seguimiento terapéutico de enfermedades renales y otras como la diabetes, enfermedades hepáticas y otras autoinmunes.
- En el EGO se evalúa el aspecto físico-químico y el microscópico.
- El examen físico-químico evalúa las propiedades organolépticas y mediante tiras reactivas examinamos: la densidad, pH, glucosa, proteínas, bilirrubina, urobilinógeno, hemoglobina, cuerpos cetónicos y nitritos.
El examen microscópico del sedi mento urinario, evalúa la presencia o ausencia de células, bacterias y cristales. Los parámetros físico-químicos y microscópicos pueden orientar al diagnóstico de muchas patologías como la infección urinaria, enfermedad renal, diabetes.
- La fase pre analítica es importante en todo estudio de laboratorio, porque en esta fase puede originarse un gran porcentaje de errores por la incorrecta recolección de muestra, identificación incorrecta, contaminación, tiempo excesivo de transporte de la muestra al laboratorio.
- La fase analítica, requiere que el procesamiento de muestras sea correctamente realizado, es por ello que el Bioquímico debe estar capacitado para el análisis de la muestra y su interpretación.
Este trabajo se realizó para que los estudiantes de primer año de la Facultad conozcan y se familiaricen con el examen general de orina y además valoren la importancia de los datos que puede aportar al diagnóstico de una enfermedad. Para elevar el número de muestras examinadas, los estudiantes procesaron sus propias muestras y de su entorno familiar.
- Se procesaron un total de 302 muestras y los resultados obtenidos se analizaron para observar la importancia de este examen rutinario, en la posible presencia de algunas enfermedades en una población aparentemente sana.
- Se encontró en un porcentaje relativamente significativo alteraciones que sugieren enfermedades como infecciones del tracto urinario y diabetes.
MATERIALES Y MÉTODOS Se realizó un estudio analítico, descriptivo, de corte trasversal El estudio se realizó en el laboratorio de Anatomía y Fisiología de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas (FCFB) en el mes de octubre de la gestión 2017, donde se procesaron 302 muestras de orina provenientes de personas aparentemente sanas de género femenino de estudiantes de primer año de la FCFB y de su entorno familiar.
Se prefirió hacer el estudio en mujeres debido a que este género presenta infecciones del tracto urinario (ITU) con mayor frecuencia. Fueron excluidas del la investigación, muestras de mujeres con antecedentes de insuficiencia renal o que cursaban su ciclo menstrual. El estudio no incluyó a mujeres embarazadas, porque ninguna participante estaba en estado de gestación.
Una vez aceptada las muestras, se le asignó un código para mantener la confidencialidad de los resultados obtenidos y luego las muestras fueron inmediatamente procesadas. Todos los estudiantes de primer año de la FCFB fueron capacitados en todos los aspectos de la realización del examen de orina.
- Todas las participantes firmaron el consentimiento informado respectivo y llenaron un cuestionario de antecedentes.
- Se verificó que las muestras remitidas utilicen envases adecuados (frascos para examen de orina que se expenden en farmacias), que no estén contaminadas por materiales extraños, que estén debidamente identificadas y acompañadas por la planilla de consentimiento informado firmada y la hoja de antecedentes personales.
El examen de cada muestra consistió en: examen físico, examen químico y el análisis microscópico del sedimento urinario. En el examen físico se midió el volumen, se observó el color y el aspecto. Para el análisis químico se utilizaron tiras reactivas para uroanálisis de DIALAB.
Los parámetros que se midieron fueron: glucosa, bilirrubina, ceto-nas, densidad, hemoglobina, pH, proteínas, urobilinógeno y nitritos Para el análisis microscópico del sedimento, la muestra se centrifugó a 2500 rpm durante 10 minutos, se tomó un volumen de 25 uL del sedimento y se llevo a observación en el microscopio óptico, buscando la presencia de: eritrocitos, leucocitos, células epiteliales, cilindros, bacterias, cristales, levaduras y filamentos de mucina.
Los datos obtenidos se reportaron en una hoja de resultados por cada muestra. Todos los reportes fueron remitidos a cada participante del estudio, en el caso de detectarse anormalidades se recomendó que se acudan a consulta con su médico y se realicen exámenes más específicos Los datos de los resultados obtenidos, se procesaron en el programa estadístico SPSSv22. El grupo etario más frecuente fue de 18 a 27 años con un 51 % (153), de 28 a 37 años con 16% (48), de 38 a 47 años con 22% (65), de 48 a 57 años con 8% (25) y de 58 a 72 años con 4% (11). En el examen físico se reportaron 21,9% de aspecto turbio (66) y 13,9 % (42) con aspecto opalescente. En la determinación de la presencia de glucosa el 0,7% (2) se reportó cuatro cruces que estiman una concentración de 2000 mg/dl, el 1,0 % (3) reportaron tres cruces que equivalen a 1000 mg/dl y el 0,3 % (1) reportaron dos cruces que equivalen a 500 mg/dl.
- Con respecto a los nitritos, el 8,3 % (25) reportaron un resultado positivo y un 91,7 % (277) de las muestras de orina fue negativo.
- En el examen microscópico del sedimento urinario, el 1,3 % (4) reportaron de 50 a 100 leucocitos por campo y el 3,6 % (11) reportó de 25 a 50 por campo.
- Con respecto a la cantidad de bacterias, el 14,6 % (44) reportó abundante cantidad de bacterias, un 23,8 % (72) obtuvieron moderada cantidad.
También se evidencio en un 1,3% (4) de 0 a 2 levaduras por campo y un 0,3% (1) reportó de 2 a 5 levaduras por campo. DISCUSIÓN Se estudiaron un total de 302 muestras de orina, provenientes de mujeres universitarias del primer año de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas y su entorno familiar femenino mayores de 18 años de estos, el grupo etario más frecuente fue de 18 a 27 años con un 51 % (153). En el examen físico se reportó que un 3,6 % (11) de las muestras de orina presenta color ámbar; de acuerdo con la literatura, esto se considera normal ya que, el color de la orina está determinado por su concentración y puede oscilar entre un amarillo pálido a un ámbar obscuro. Sin embargo, se debe de tomar atención a diversos factores que pueden alterar el color normal de la orina, como medicamentos y la dieta, así también diversas patologías (Cam-puzano &Arbeláez, 2007); Se reportaron13,9 % (42) de aspecto opalescente y muestras de aspecto turbio 21,9% (66). Usualmente el aspecto de la orina normal es transparente o límpido pero puede variar hasta observarse turbia debido a la precipitación de partículas de fosfato amorfo en orinas alcalinas o de urato amorfo en orinas ácidas, el factor relacionado con la turbidez de la orina, es por la presencia de leucocitos, células epiteliales y bacterias. (Cam-puzano &Arbeláez, 2006), con respecto al pH el valor normal en la orina es de 4,6 a 8,0; pero usualmente éste se encuentra alrededor de 5,5 a 6,5. En el estudio se reportó que el 74,17% (224) con pH 7. El pH de la orina también es de utilidad en el diagnóstico y manejo de la ITU y cálculos del tracto urinario. La orina alcalina en un paciente con ITU sugiere la presencia de un organismo que degrada la urea, la cual puede estar asociada con cristales de fosfato de amonio y magnesio que pueden formar cálculos. Los valores de pH reiteradamente alcalinos evidencian una infección del tracto urogenital (Muñoz & Zorro-Guio, 2009), a pesar de la disminución de la sobrevida de los leucocitos. En cuanto a la glucosa el 0,7% (2) de muestras de orina reportaron cuatro cruces que estiman una concentración de 2000 mg/dL, 1,0 % (3) reportaron tres cruces que equivalen a 1000 mg/dL y 0,3% (1) reportaron dos cruces que equivalen a 500 mg/dL; este parámetro se relaciona directamente con el nivel de glucemia, la velocidad de filtración glomerular y del grado de reabsorción tubular, los valores de referencia indican que se considera negativo (< 30 mg/dL). Normalmente la glucosa es filtrada por el glomérulo, pero ésta es reabsorbida casi completamente en el túbulo proximal. La glucosuria ocurre cuando la carga de glucosa filtrada excede la capacidad de reabsorción del túbulo, es decir de 160 a 180 mg/dL de concentración de glucosa sanguínea, entre las causas de glucosuria encontramos la más común que es la diabetes mellitus, enfermedades pancreáticas, cabe resaltar que el hecho de que no se evidencie glucosa en la orina no excluye el diagnostico de diabetes mellitus (Campuzano &Arbeláez, 2007). En el caso de proteinuria, el 0,3% (1) reportaron tres cruces que corresponde a 300 mg/dL, el 0,3% (1) dio dos cruces que equivale a 100 mg/dL, el 2,6% (8) reportaron una cruz que corresponde a 30 mg/dL, 7,3% (22) fue positivo para trazas. De acuerdo con diversas investigaciones, la proteinuria está asociada con el daño renal y también se considera como un factor de riesgo de la enfermedad cardiovascular; no obstante, la proteinuria puede ser transitoria vinculada a fiebre, deshidratación y ejercicio excesivo (Lazo, 2002, Si-merville, Maxted,&Pahira, 2005). Con respecto a los nitritos, el 8,3% reportaron resultado positivo. La prueba es muy específica pero poco sensible, por lo que un resultado positivo es útil, pero un resultado negativo no descarta una infección del tracto urinario (Campuzano &Arbeláez, 2007). La detección de nitrito es específica de la presencia de bacteriuria y en todos los casos debe ser confirmada por un cultivo (Pels RJ, 1989). Con respecto al examen microscópico del sedimento urinario en el 3,6% (11), se observó 25 a 50 leucocitos por campo y en 1,3% se reportó de 50 a 100 leucocitos por campo. La orina normalmente tiene algunos leucocitos (valores de referencia: 0 a 4 por campo). La mayoría de los leucocitos observados en la orina son polimorfonucleares (neutrófilos) que en la práctica no se diferencian. La presencia anormal de leucocitos en orina (leucocituria) indica la posibilidad de una infección urinaria pero no debe olvidarse que en el caso de las mujeres puede haber contaminación con flujo vaginal, en cuyo caso también se observan células epiteliales. Las leucociturias son importantes en enfermedades inflamatorias de las vías urinarias, como en la uretri-tis, la cistitis y la pielonefritis, particularmente en las formas agudas (Lagua-do,2001). En cuanto a los filamentos de mucina o moco, se observó en moderada cantidad un 11,9% y un 3,3% en abundante cantidad. El moco es un material proteico proveniente del tejido glandular genitourinario; su presencia está relacionada a procesos inflamatorios del tracto urinario bajo, genital o a contaminación (Cavagnaro, 2002). La presencia de moco en el paciente con alta sospecha de infección de las vías urinarias obliga a tomar una nueva muestra de orina con una mejor técnica de recolección. (Lozano, 2016) El 1,3% reportó 0 a 2 levaduras por campo y 0,3% reporto levaduras de 2 a 5 por campo. Un cambio en el medio ambiente vaginal, el pH o el balance hormonal en el huésped, puede ocasionar sobre crecimiento de las levaduras, resultando en ardor, comezón y malestar (Ciudad, 2007). El 14,6 % (44) reportó abundante cantidad de bacterias, un 23,8 % (72) obtuvieron moderada cantidad. En las mujeres, cinco o más bacterias por campo reflejan 100.000 o más unidades formadoras de colonias por mililitro, criterio de diagnóstico clásico de bacteriuria asintomática y muy compatible con una infección del tracto urinario (Campuzano &Arbeláez, 2007). CONCLUSIONES Luego de realizado el examen general de orina (EGO), se encontró que el 6,6 % (21) mujeres presentaron un numero de leucocitos mayor a 10 por campo, nitritos positivo, abundante cantidad de bacterias y aspecto turbio; datos que hacen sospechar que cursaban una infección del tracto urinario, aunque no presentaban sintomatología. También se encontró presencia de Glucosa en orina (Glucosuria) en 6 muestras examinadas algunas de hasta ++++, datos que hacen sospechar de diabetes En todos los casos de alteraciones encontradas y que pudieran estar revelando una patología aun oculta, se recomendó que acudieran a su médico, confirmen la sospecha con exámenes específicos y realicen el tratamiento adecuado. Por tanto, el estudiante de la facultad, debe estar consciente que aunque, el examen general de orina, es un examen rutinario aparentemente muy sencillo debe ser realizado con la mayor responsabilidad y cuidado, puesto que podría llevarnos al diagnóstico temprano de algunas enfermedades renales o sistémicas asintomáticas en personas aparentemente sanas y por supuesto muy importante en una persona enferma. REFERENCIAS Abirami, K., & Tiwan, S. (2001). Urinalysis in clinical practice.JIMACM, 2(1-2), 39-50. Alves, D. (2009). 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¿Qué nivel de pH debemos tener?
El equilibrio del PH en el organismo Para entender el concepto necesitamos primero comprender ¿Qué es el pH o potencial de hidrógeno? Se trata de un valor utilizado con el objetivo de medir la alcalinidad (base) o acidez de una determinada sustancia, indicando el porcentaje de hidrógeno que encontramos en ella, midiendo la cantidad de iones ácidos (H+).
- La escala del pH varía del 0 al 14, de forma que se considera 7 como un valor de pH neutro, menos de 7 se vuelve más ácido, arriba de 7 se vuelve más alcalino.
- La acidez o alcalinidad (base) del cuerpo se puede medir por medio de la sangre, orina o saliva.
- El nivel idóneo del pH en la sangre debe oscilar entre 7.35 y 7.45, pero la contaminación atmosférica, los malos hábitos alimenticios o el estrés acidifican el cuerpo y alteran este pH, la sangre reacciona y roba los nutrientes que necesita del resto de órganos vitales para compensar el desequilibro.
En este sentido, la nutrición es un factor vital para lograr el estado óptimo de equilibrio ácido-base, ya que hay nutrientes con la capacidad de acidificar y otros con la capacidad de alcalinizar (basificar). Los alimentos se clasifican según el efecto que tienen dentro del cuerpo después de la digestión y no según el pH que tienen por sí mismos; así, el sabor no es un indicador del pH que pueden generar dentro del organismo, como es el caso de los cítricos que a pesar de saber ácido, tiene un efecto en el organismo completamente alcalino (básico).
- Los minerales como el potasio, el calcio, el sodio y el magnesio, forman reacciones alcalinas (básicas) en el cuerpo y se encuentran principalmente en las frutas y las verduras.
- Contrariamente, los alimentos que contienen hierro, azufre y fósforo como las carnes, el huevo, los lácteos y los frutos secos, son promotores de acidez.
Lo ideal es que la alimentación esté compuesta de un 20 a 25% de alimentos ácidos y de un 75 a 80% de alimentos alcalinos. Solo así podremos ir creando paulatinamente un ambiente equilibrado al interior del cuerpo, de tal manera que sea protegido de enfermedades y del deterioro celular.
Disminución de la actividad del sistema inmune Favorecimiento de la calcificación de los vasos sanguíneos Pérdida de masa ósea y masa muscular Fatiga crónica Dolor y espasmos musculares Caída del cabello y deterioro de las uñas Piel irritada Cansancio generalizado
Los alimentos ácidos y alcalinos son los responsables de los procesos metabólicos y a la vez son necesarios como mecanismos de defensa para evitar enfermedades. Para lograr una buena salud, es necesario mantener un equilibrio en el consumo de ambos.
Aquí te dejamos una lista de opciones de comida de acuerdo a su pH: Alimentos alcalinos Verduras: brócoli, zanahoria, col, coliflor, cilantro, berenjena, hongos, espinacas. Frutas: sandía, manzana, nectarina, naranja, piña, pasas, dátiles, tomate, coco fresco. Alimentos con proteína: huevo, queso cottage, pechuga de pollo, tempeh, tofu. Alimentos ácidos Verdura: espinaca cocida, chícharos. Frutas: ciruela pasa, jugos procesados, ciruelas. Cereales: maíz, avena, centeno, arroz blanco, arroz integral, papa. Alimentos con proteína: carne de res, carne de cerdo, mariscos, pavo, pollo, carnero, pescado. Otros: bebidas alcohólicas, mermelada, vinagre, bebidas carbonatadas, leche, frijoles, chocolate.
: El equilibrio del PH en el organismo
¿Qué altera el pH de la mujer?
Síntomas y causas de alteraciones del pH – Los síntomas más frecuentes que provocan una alteración del pH de las mujeres son los siguientes. Cambios en el flujo vaginal, prurito, picor vaginal, escozor, sequedad vaginal, disuria, es decir, dolor o dificultad para orinar, dispareunia, molestias o dolor genital en las relaciones sexuales, vulvodinia o dolor en la vulva y molestias anales. Pero, ¿qué causas producen alteraciones en el pH de la vagina? Pues hay factores que predisponen a la mujer como la diabetes, la obesidad, el dispositivo intrauterino (DIU), el embarazo, los tratamientos antibióticos recientes o reiterados y las micosis anteriores. No obstante, las causas del aumento del pH es decir, que lo elevan por encima de 5.0 disminuyendo el grado de acidez son las infecciones, las vaginitis bacterianas, las duchas vaginales, el semen, cuyo pH oscila entre 6.9 y 7.3 y el exceso de moco cervical. En estos casos convendrá acidificar el medio con productos de pH 3.5-4.0. Así pues, las causas de la disminución del pH tiene que ver con el exceso de Lactobacillus acidophilus, que conlleva que el pH sea excesivamente ácido (<4.0), causando molestias como irritación, escozor o prurito. En estos casos, podemos disminuir la acidez del medio y elevarlo con productos de pH 6.0-8.5.
¿Qué afecta el pH de la mujer?
Las variaciones de pH según cada etapa de la mujer suelen ser: Niñas y mujeres a partir de la menopausia (edades no fértiles): durante estos periodos el pH suele ser neutro y mantiene un entorno estable. Edad fértil: durante la menstruación el pH suele ser neutro y varía hacia un pH ácido en la fase premenstrual y el resto del ciclo.
- El pH ácido de esta etapa protege frente a las infecciones vaginales, actuando como barrera protectora.
- La flora vaginal, formada principalmente por Lactobacillus, produce ácido láctico, responsable de la acidez que asegura un entorno saludable, al dificultar el desarrollo de microorganismos patógenos.
Embarazo: durante esta etapa, el pH incluso se acidifica más por acción de los estrógenos. Las alteraciones del pH, especialmente en la etapa fértil de la mujer, desequilibran la barrera protectora, pudiendo darse síntomas como cambios en el flujo vaginal, picor, escozor, sequedad, dolor al orinar o molestias anales que alteran el bienestar de la salud íntima.
Estas variaciones pueden ocurrir debido a distintas causas como: la diabetes, la obesidad, el embarazo, tratamientos con antibióticos, infecciones vaginales fúngicas (candidiasis vaginal) o bacterianas (vaginosis bacteriana). Pueden provocar aumento del pH, la presencia de semen, la sangre de la menstruación, el uso de duchas vaginales o el exceso de moco cervical.
Por el contrario, un exceso de acidez puede dar lugar a irritación, escozor y candidiasis vaginal. Para equilibrar y controlar el pH de la zona íntima femenina se aconseja seguir una serie de buenos hábitos como limpiarse la región perineal de delante hacia atrás, evitar las duchas vaginales, si no son prescritas por el médico, y usar ropa interior permeable, así como evitar los pantalones excesivamente apretados.
Se aconseja utilizar productos específicos para la higiene de la zona íntima. En general, geles de pH ácido para la higiene íntima diaria y geles de pH más básico, en torno a 8, en caso de candidiasis vaginal, irritación o picor, que pueden ser causados por un exceso de acidez, para neutralizar el exceso.
¡Conoce más acerca de la salud íntima femenina en nuestro blog!
¿Cómo eliminar la orina ácida?
Las sustancias ácidas en el cuerpo se neutralizan por medio de sustancias alcalinas, principalmente bicarbonato.
¿Cómo deben ser los resultados de un examen de orina normal?
La orina normal puede variar en color, desde casi incolora hasta amarilla oscura. Algunos alimentos, como la remolacha y la mora, pueden darle a la orina un color rojo. Generalmente, la glucosa, las cetonas, la proteína, la bilirrubina no son detectables en la orina.
¿Qué nivel de leucocitos en orina es preocupante?
Qué es la leucocituria – Los leucocitos pueden entrar en el tracto urinario, desde el glomérulo o tejido cicatricial que se crea en la zona de filtración del riñón hasta la uretra. Hay que saber qué cantidad de leucocitos es normal en la orina. La respuesta es hasta 2 glóbulos blancos por campo en el sedimento urinario.
Cuando se produce un aumento de 5 o más leucocitos por campo o 10000 células por ml se habla de leucocituria. Si los glóbulos blancos aumentan hasta 10, hablamos de piuria o presencia de pus en la orina causada por alguna infección en un órgano o lugar del sistema nefro urinario. Se puede detectar la presencia de leucocitos en la orina a través de una tira reactiva de orina, en la que se conoce al momento el resultado, o con un examen de orina rutinario, más completo.
Para ello se recogen unos 40 o 50 ml de orina del paciente, despreciando el primer chorro para evitar impurezas de la uretra. Después se analiza la muestra en el laboratorio.
¿Qué significa tener un pH 7 en la orina?
Resultados de un Análisis de Orina – Dentro del análisis de orina se pueden realizar múltiples estudios. Por eso cuando el médico nos entrega los resultados de orina hay muchos datos numéricos acompañados de nombres y siglas que son difíciles de entender.
- Las pruebas que más se utilizan son: • Tira reactiva: se sumerge una tira de papel con reactantes químicos que reaccionan con ciertas sustancias que puede haber en la orina.
- Es el mismo método que se utiliza para los test de embarazo.
- Sedimento de orina: en la orina hay componentes sólidos disueltos.
Para estudiarlos, la orina se centrifuga y los sólidos quedan en el fondo. Después se estudian al microscopio. • Análisis fisicoquímico: consiste en el estudio de ciertas propiedades físicas de la orina (como la densidad) y los componentes químicos que hay en ella (iones, glucosa, etcétera).
- Tira reactiva: Este método, es el mismo que se utiliza para confirmar la existencia de un embarazo.
- Consiste en una tira de papel impregnada de reactantes químicos que se introduce en la orina y nos arroja los siguientes posibles datos y resultados: pH Es la medida que se utiliza para medir la acidez de la orina.
Un pH menor de 7 se considera bajo y por lo tanto ácido, un pH mayor de 7 se considera alto e indica que la sustancia es básica. Habitualmente la orina tiene un pH que oscila entre 4.5 y 7.5, es decir, es ligeramente ácido. pH menor de 4.5: indica que hay un exceso de sustancias ácidas en el organismo y que se están expulsando.
Esto suele suceder en infecciones graves o en la diabetes mellitus no controlada. pH mayor de 7.5: principalmente sucede cuando los riñones no son capaces de eliminar las sustancias ácidas de la sangre, de forma que se acumulan y producen alteraciones metabólicas. Esto sucede en la insuficiencia renal.
Cuerpos cetónicos Cuando el cuerpo humano no puede producir energía a través de la glucosa y otros azúcares comienza a quemar ácidos grasos de forma descontrolada. Esto da lugar a la producción de unas sustancias llamadas cuerpos cetónicos, que aparecen en ayunos prolongados y diabetes descompensadas.
Lo normal es que en la orina no existan, y cuando los hay se considera una muestra alterada. Se clasifica su gravedad e importancia según la concentración de cetonas: Leve: 20 mg/dL. Moderada: 30-40 mg/dL. Grave: 80 mg/dL. Nitritos En la orina hay sustancias de desecho cuyo principal componente es el nitrógeno (por ejemplo, la urea).
Cuando hay bacterias en la orina, por una infección, pueden utilizar esos compuestos para alimentarse, para ello transforman los nitratos en nitritos. Por eso la presencia de nitritos en la orina orienta hacia una infección activa. HCG La Gonadotropina Coriónica Humana (HCG) es la hormona cuya presencia en la orina se utiliza para realizar el diagnóstico del embarazo.
- Aparece en la sangre en las primeras semanas del embarazo ya que es sintetizada por la placenta.
- Tiene efectos sobre varios órganos del organismo y su función es preparar al cuerpo de la mujer para el embarazo.
- Sedimento urinario: En el laboratorio se puede centrifugar la muestra de orina, quedando los sedimentos sólidos en el fondo que tras estudiarse al microscopio nos aportan estos datos, cuya presencia o alteraciones pueden indicar diversos problemas médicos: Proteínas Habitualmente las proteínas no aparecen en la orina porque son moléculas demasiado grandes como para filtrarse en el riñón.
Si aparecen podemos dividir este hallazgo en: Proteínas hialinas: puede considerarse normal la aparición de proteínas hialinas en cantidad moderada. Este tipo de proteínas las sintetiza el propio riñón y no indican enfermedad. Cuando aparecen en exceso se puede deber a un daño global del riñón (una necrosis tubular aguda, por ejemplo).
- Microalbuminuria: la presencia de albúmina en la orina es siempre patológica.
- Cuando aparecen entre 30-300 mg/dL se considera que hay un daño leve del riñón.
- Es un dato muy importante en la diabetes mellitus, y es obligado comenzar con tratamiento médico para corregir esta alteración.
- La presencia de microalbuminuria supone un círculo vicioso, ya que daña al riñón por sí misma.
Proteinuria: cuando se superan los 300 mg/dL hablamos de proteinuria franca. El daño renal es severo y muchas veces el tratamiento sólo puede ralentizar la enfermedad. A veces ocurre en el contexto de enfermedades puntuales que desaparecen en el tiempo, como el síndrome nefrótico.
- Glóbulos rojos: la presencia de hematíes o glóbulos rojos en la orina indica que algo no va bien.
- Los glóbulos rojos son células bastante grandes como para atravesar el filtro del riñón en condiciones de salud.
- Señalan daño en el riñón (síndrome nefrítico, por ejemplo) o en las vías urinarias (cálculo que dañen la pared de los uréteres o tumores en la vejiga, por ejemplo).
Podemos dividir este hallazgo en: Microhematuria: cuando la orina se ve a simple vista no está teñida de sangre, pero al verla al microscopio se observan hematíes flotando que indican un sangrado leve. Macrohematuria: en este caso la orina ya está teñida de sangre y se puede ver incluso mientras se orina.
Cuando el sangrado no es muy abundante se dice que la orina sale en “agua de lavar carne”, es decir, con aspecto sucio y rojizo. Hemorragia urinaria: el sangrado a través del tracto urinario es tanto que no parece orina. Al microscopio se observan tantos hematíes como en una muestra de sangre directa.
Glóbulos blancos: la presencia de leucocitos o glóbulos blancos en la orina es siempre patológica. Lo más frecuente es que indiquen que las células blancas de nuestro sistema inmune van hasta el tracto urinario para resolver una infección. También pueden observarse en los cólicos renales, porque la piedra impactada produce una inflamación local.
Eosinófilos: dentro de los glóbulos blancos hay un grupo especial que se llaman eosinófilos. Estas células se activan ante cuadros alérgicos o parásitos. Su presencia en la orina orienta hacia un cuadro de esas características (por ejemplo, una nefritis intersticial por una alergia a medicamentos). Bacterias: es normal encontrar alguna bacteria en la orina de forma aislada, la mayoría por contaminación de la muestra de orina recogida.
Ante la presencia de bacterias en la orina se debe realizar una tinción de Gram, que consiste en teñir las bacterias para observarlas al microscopio e intentar determinar su origen. Si se cree que las bacterias pueden estar causando una infección, se debe realizar un urocultivo para ver qué especie es en concreto.
Cristales: en la orina hay sustancias disueltas en partículas. A veces esas partículas precipitan y forman cristales más grandes que pueden observarse en el microscopio. Algunos de estos cristales aparecen de forma natural en la orina, otros señalan alteraciones del riñón o de la composición de la orina.
El pH juega un papel fundamental para la prevención de la formación de este tipo de cristales. Los cristales más frecuentes son: Ácido úrico: la hiperuricemia es causa frecuente de cristales en la orina, muchas veces acompañados de gota. Cistina: a la presencia de estos cristales se llama cistinuria, y puede ser el primer síntoma de alteraciones del metabolismo de aminoácidos.
Oxalato cálcico: junto con el fosfato cálcico con los dos tipos de cristales en los que el calcio tiene un papel principal. Las alcachofas favorecen la aparición de estos cristales, que en principio no indican alteraciones del sistema urinario. Análisis fisicoquímico: el análisis pormenorizado de algunas propiedades físicas de la orina (volumen, densidad, color, aspecto, olor) y los componentes químicos que contiene permite diagnosticar algunas enfermedades: Color y apariencia: aunque parezca demasiado simple, la visualización de la muestra de orina de forma directa puede dar información muy valiosa para el diagnóstico y también para orientar el análisis de laboratorio.
El color indica también qué tipo de sustancias pueden estar disueltas en la orina, los más característicos son: Color vino, coñac o cocacola: señala la presencia de bilirrubina en exceso en la orina. Color rosado intermitente: señala la presencia de sangrado moderado, en “agua de lavar carne”.
Color anaranjado: aparece así cuando se toman ciertos fármacos, como la rifampicina. Color blanquecino: indica presencia de pus en la orina, se llama piuria. Glucosa: el rango normal de la glucosa en la orina es de 0-0,8 mmol/L (0-15 mg/dL). Es decir, lo habitual es no tener glucosa en la orina o tener muy poco.
La glucosa es muy pequeña y sí se filtra en el riñón, pero después se reabsorbe casi toda porque es un elemento básico para la obtención de energía por parte de nuestro organismo. La presencia de glucosa en orina quiere decir que la cantidad de azúcar en sangre es tan elevada que el riñón no puede reabsorber todo y lo elimina.
Esto ocurre principalmente en la diabetes mellitus. Bilirrubina y urobilinógeno: la bilirrubina y urobilinógeno se sintetizan en el hígado y de ahí la mayor parte pasan al tubo digestivo, aunque un pequeño porcentaje de bilirrubina conjugada pasa a la sangre y se elimina por los riñones. Es la responsable del color amarillento de la orina.
Cuando por algún motivo la bilirrubina no se puede eliminar hacia el tubo digestivo (por ejemplo, un cálculo biliar) la cantidad que pasa a la sangre es mayor y la orina se tiñe de un color más intenso, incluso marrón. Densidad: la densidad de la orina es la masa que posee por unidad de volumen.
Sus valores normales están entre 1000-1030. Es una forma indirecta de medir la concentración de partículas que hay disueltas. Menos de 1000: significa que la orina está muy diluida y la concentración de partículas es muy baja. Sucede cuando el riñón elimina más cantidad de agua de lo normal, como cuando tomamos diuréticos, padecemos diabetes mellitus o diabetes insípida.
Más de 1030: la orina tiene muchas sustancias concentradas. Suele ocurrir en situaciones de deshidratación, cuando el riñón reabsorbe más agua y la orina aparece así más concentrada. Osmolalidad: es una forma más exacta de medir la concentración de solutos en la orina.
Los valores normales varían de 50-1200 mOsm/kg. Realmente es útil cuando realizamos análisis comparativos en el tiempo tras cambios en la ingesta de agua. Es decir, si estamos durante unas horas sin beber agua, el riñón debería reabsorberla, la orina estaría más concentrada y su osmolalidad más alta. Al contrario, si bebemos mucha agua en un espacio corto de tiempo, el riñón no absorbería agua, la orina estaría más diluida y su osmolalidad más baja.
Sodio: el sodio se encuentra de forma natural en la orina, de hecho es el elemento más importante en todas las secreciones orgánicas. Los valores normales son 40-220 mEq/L/día. La retención de agua por parte del riñón, y por tanto la regulación de la hidratación corporal, la realiza a través del sodio ya que es un mineral que capta agua.
Menos de 40: el riñón está reabsorbiendo sodio (y por lo tanto agua) y por eso aparece disminuido en la orina. Sucede en situaciones de deshidratación, pero también en enfermedades como la insuficiencia cardíaca donde el mecanismo de retención de agua está alterado. Más de 220: el riñón elimina sodio y hay mucha cantidad en la orina.
La causa más frecuente es el tratamiento con diuréticos.
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¿Qué pasa si mi pH de orina es 8?
Una orina se considera neutra, cuando tiene un valor de 7. Cuando hay un valor aproximado de 8, puede indicar la presencia de una infección bacteriana en las vías urinarias.
¿Qué pasa si una persona tiene el pH alto?
¿Qué ocurre si hay alteraciones del pH? Si el pH sube y se vuelve más alcalino, el equilibrio se altera, las enzimas cutáneas pierden su actividad, la piel se seca, pierde agua y no puede formar los lípidos que necesita. Además, la función barrera se altera, queda más desprotegida ante las infecciones, aparece picor