Moreno es el decimoquinto apellido más común en España, Según el Instituto Nacional de Estadística, hay censadas 316.277 personas cuyo primer apellido es Moreno, es decir, unas siete de cada mil personas en España son Moreno, El país del mundo con más habitantes apellidados Moreno es México (algo más de 650 mil personas), seguido por Colombia (casi 350 mil) y España aparece en el tercer lugar del ranking. Las armas de Moreno son: En campo de oro una torre de gules y, saliendo del homenaje, dos águilas volantes de sable. Bordura de gules, con ocho aspas de oro. ¿Quieres saber el significado de estas figuras? clic AQUÍ. Moreno es un apellido castellano, descendiente del caballero romano Lucio Murena,

Sus solares más antiguos radicaron en el siglo XI en la Merindad de Trasmiera (Santander), de donde pasó al Valle de Mena, en Villarcayo (Burgos) y en la ciudad de Segovia, Otros se establecieron en Logroño, Anguiano y Matute (La Rioja), en Toled o, Madrid, Andalucía y Extremadura, Probó su nobleza en todas las Órdenes Militares, en la Real Compañía de Guardias Marinas.

y ante las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada. Los escudos que se representan en nuestros productos heráldicos, en algún momento de la historia pertenecieron a algún linaje del apellido al que se hace referencia. Esto no significa que la información facilitada coincida genealógicamente con su ascendencia, por lo que su uso debe de ser únicamente decorativo o en su caso para información histórica.

¿Cuál es el origen del apellido Moreno?

Lo que sigue trata de uno de los apellidos más comunes a lo largo y ancho de la geografía ibérica e iberoamericana, el apellido Moreno, que, sin ser propiamente de origen castellano, tres de los más grandes autores de la literatura en lengua castellana -Cervantes, Quevedo y Galdós- adscriben a diversos personajes de una forma que podría calificarse de jocoseria 1, en relación con la llamada “burla de los linajes” y la supuesta filiación de algunos de esos personajes, asociada a una presunta y controvertida etimología del apellido y a la compraventa de títulos y honores.

En un trabajo sobre el personaje cervantino don Antonio Moreno, “caballero rico y discreto” de Barcelona ( Quijote, II, 62), Augustin Redondo (2001, pp.503-504) intenta comprender a qué corresponde la utilización de este nombre y argumenta que ningún Moreno, “como era de suponer”, aparece entre la nobleza catalana y ningún título de los reinos hispánicos lleva tal patronímico en los siglos XVI y XVII, pero que sí aparece en Juan de Timoneda ( El Truhanesco, 1573), donde el “honrado Diego Moreno” encarna el tipo del marido cornudo y ridículo 2,

Al final del Sueño de la muerte, añade Redondo, ese mismo personaje se enfada con Quevedo, el autor, y le dice: ¿No sabéis que todos los Morenos, aunque se llamen Juanes, en casándose se vuelven Diegos, y que el color de los más maridos es moreno ? ¿Qué he hecho yo que no hayan hecho otros muchos más? ¿Acabóse en mí el cuerno? ¿Levantéme yo a mayores con la cornamenta? Lo mismo pasa en el Entremés de Diego Moreno, también de Quevedo.

Y el crítico añade que en una España corroída por los prejuicios de la limpieza de sangre, donde los nobles “se hacen de los rubios godos (en contradicción con la realidad), ¿cómo puede ser un Moreno un auténtico caballero?” Varios presupuestos y valoraciones merecen aquí ser discutidos, que afectan tanto al apellido como al uso literario del mismo.

En lo que se refiere a la etimología, los diccionarios suelen derivar moreno de moro 3, del latín maurus, y sucede que el término está documentado en textos catalanes mucho antes que en castellano. El Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico ( Corominas y Pascual 1980, t.4, pp.151-152 ) dice que la palabra catalana moreno no es castellanismo, sino resultado regular, según la fonética catalana, con uso general desde los orígenes; que Moreno, como nombre propio de persona en Castilla no está documentado hasta 1203, y como apelativo, en Juan Ruiz y en varios textos aragoneses del siglo XIV; que tiene probable origen mozárabe, repartido como tal por toda la Península y que se mantiene intacto en todas las lenguas, procedente de un * maurinus -no documentado- del latín vulgar.

El Diccionari etimològic i complementari de la llengua catalana (1983, t.5, p.795) de Corominas dice que, en catalán, “Morena femina” (apellido) está documentado en 1002, y que ya en 989 aparece “mureno” aplicado a animales: “Vitello mureno”. En 1047 se encuentra “bove uno moreno”. Aclara Corominas: “El mot catalá és moreno : no sé que mai ningú hagi dit morè “; y añade que alterna con bru en la Edad Media y es frecuente en el siglo XV como apellido 4,

Corominas, pues, cree que tiene origen mozárabe y recomienda mantenerlo como vocablo propio del catalán: “mantenir el vigor y el llustre d’aquesta noble paraula” (p.796), frente a los intentos de suprimir las palabras terminadas en o, por creerlas castellanismos, o las ultracorrecciones como morè,

  1. En portugués, añade, se dice también “moreno” y no evolucionó a un previsible “moureio”.
  2. En resumen, moreno es vocablo románico presente como tal, sin variación gráfica, en las lenguas románicas peninsulares, es de probable origen “mozárabe” y está documentado primero en catalán.
  3. El portugués lo distingue de mouro, incluso como adjetivo de color equivalente a trigueiro, y por tanto no puede derivar de ese nombre, lo mismo que el vasco distingue entre mairu ‘moro’ y beltzaran o baltzaran ‘moreno’, de beltza ‘color negro’.

Podría decirse, por tanto, que es, como apellido, común a toda la Península Ibérica y, por extensión, a Iberoamérica. Por lo demás, los diccionarios latinos derivan maurus del griego maurós o amaurós (Diccionario de Liddell-Scott 1901 : ‘color oscuro, o mate’); además, maúros, en griego moderno, es ‘negro’, con derivados que indican ‘ennegrecimiento’ o ‘bronceado’.

De todo ello cabe deducir que el color se aplicaría a los bereberes y su hábitat ( maurusía ), por sinécdoque. Es decir, moreno no procedería de moro, sino de maurus o * maurinus, como designación de ‘color aplicada al pelo y a la tez’, que es lo que origina el apellido, en oposición a rubio, e igual que bruno, de origen germánico o franco, en catalán bru, y en francés, inglés y alemán, brun, brown, braun,

Marcos Marín (2015, pp.213-214) argumenta que el latín se siguió usando en el norte de África hasta muy tarde y que no se debe emplear el término mozárabe aplicado a una lengua romance peninsular: La tesis etnológica tradicional, de contingentes de árabes y una mayoría de bereberes más o menos arabizados, se puede complementar razonablemente con la hipótesis del contacto de las variantes afrorrománicas y las iberorrománicas, como medio de comunicación que facilitó la conquista.

Las hablas afrorrománicas y el latín seguían en uso en África, no puede cabernos duda de ello Cabe por ello preguntarse cuál es el papel de las hablas afrorrománicas, como lenguas en contacto, en el proceso de evolución de las hablas iberorrománicas y, especialmente, del romance andalusí, mal llamado mozárabe, puesto que no se trata de una lengua de un grupo religioso y cultural, sino de una amplia base de la población andalusí.

Moreno, pues, se ha podido originar en el latín norteafricano tardío o en el romance andalusí, aplicable al pelo o a la piel oscura o negra, como la de los bereberes que predominaban entre los invasores musulmanes de la Península y que podrían expresarse también en ese latín tardío, el cual se extendería luego por todo el territorio ibérico.

Entre la nobleza de origen godo, o franco, no se encuentra, claro es, tal apellido ni otro que tenga que ver con el color, ni en Cataluña ni en el resto de la Península; tampoco entre los judeoconversos que cambiaron de nombre al ser bautizados, algunos emparentados con la nobleza. Sus apellidos más frecuentes ya fueron listados en el siglo XV por Lope de Barrientos y Fernán Díaz de Toledo, y ningún Moreno aparece allí, como es de esperar.

Sí se encuentra, en cambio, entre los sefardíes, pero no por ser, propiamente, un apellido hebreo; no obstante, la Jewish encyclopedia dice que Moreno, o Morenu (מורנו) es un título o grado usado desde el siglo XIV (el primer testimonio aparece en Viena en 1360) como abreviatura antepuesta al nombre para designar a los rabbis o talmudistas, es decir a los maestros o doctores especialistas en la interpretación del Talmud y la Torah y ordenados como tales.

Equivale, por ello, a maestro o profesor, según los diccionarios. Podría, por tanto, funcionar como nombre intermedio; además, el apellido Morenu está documentado en el ámbito catalán. En cuanto a los moriscos, los pocos casos que aduce Redondo en Andalucía con apellido Moreno no pueden ser significativos cuando tal apellido debe de ser muy común y es tan fácil derivar moreno de moro,

En todo caso, habría que indagar la presencia, y la frecuencia, del apellido entre los mozárabes, de cuya raigambre como cristianos no cabe duda 5, pero que luego se irían convirtiendo al islam y cambiando de nombre, obligados o no, salvo los emigrados al norte cristiano, al revés de lo que ocurriría después con los moriscos, forzados a convertirse y luego expulsados 6,

  • Quizás, unos y otros, tuvieron mayoritariamente la misma base étnica peninsular, según las tesis continuistas de la población hispana defendidas por algunos historiadores, como Sánchez Albornoz, por ejemplo, el principal oponente de Américo Castro.
  • Lo que Redondo menciona como “imaginario colectivo” no es sino la ideología “cristiano vieja” de los hispanogodos gestada por los historiadores oficiales desde el siglo XIII 7, que es lo que produce una “España corroída” por los prejuicios de limpieza de sangre, “en que los nobles se hacen de los rubios godos” y se superponen a la inmensa mayoría de los morenos autóctonos no bereberes.

Así se explica que Diego Moreno, en el Sueño de la muerte, reproche al autor el haberle elegido a él como prototipo del cornudo, como si no hubiera “otros Morenos de los que echar mano”, y diga que todos los Morenos, “aunque se llamen Juanes, en casándose se vuelven Diegos, y que el color de los más maridos es moreno”.

Sin embargo, una cosa es que un “cristiano viejo” como Quevedo escriba el entremés burlesco de Diego Moreno, un pobre que vive de su deshonra, de la estirpe de Lazarillo 8, ya casi parte del folklore 9, y otra cosa es entrar en el tema de los marranos o falsos conversos y acusar de criptojudíos a todos los conversos, como hará, y untar sus obras con tocino contra Góngora, serio rival literario, y llamarle rabí de la lengua judía y acusarle de tener un beneficio eclesiástico comprado, cuando esto no era raro: “Poderoso caballero es don Dinero / tiene quebrado el color / tan cristiano como moro”, dirá en la famosa letrilla, lo que nos lleva al meollo de la cuestión 10, pues la agudeza misma de Quevedo sabía bien de lo peligroso de indagar en títulos, como demuestra al servirse del mito de Faetón en el soneto recogido por Américo Castro (1972, p.25) 11, titulado “Aconseja a un amigo que estaba en buena posesión de nobleza, no trate de calificarse, porque no le descubran lo que no se sabe”, del que citamos el primer terceto: “No revuelvas los huesos sepultados; / que hallarás más gusanos que blasones, / en testigos de nuevo examinados” 12,

En teoría, la relatividad de toda nobleza, y su subordinación a la virtud o mérito, había sido ya defendida en la antigüedad y en el humanismo, y utilizada en la Castilla del siglo XV para justificar la dinastía Trastámara reinante, de origen bastardo, y a su nobleza de nuevo cuño desde Enrique II y, en particular, con la rebelión abierta contra Enrique IV y su deposición en favor del príncipe Alfonso, junto con la sucesión impuesta al rey en favor de su hermana Isabel y el marido de ésta, Fernando.

En un debate poético planteado en el círculo del Arzobispo de Toledo Alfonso Carrillo tras la boda de éstos en 1469 -que el propio Carrillo ofició-, el noble castellano Gómez Manrique, regidor de Toledo y tío de Jorge, dirige una pregunta a Francisco Vidal de Noya, preceptor de Fernando el Católico, a la que responden el destinatario, Pedro Guillén, administrador del arzobispo Carrillo, y Rodrigo Cota.

Dice Manrique: Y lo que preguntar quiero / o querría, si supiese, / si hubo reyes primero / que cavalleros hubiese. / Pues el rey tiene poder / en las tierras tan plenario, / decid si puede fazer, / de su poder ordinario, / noble de pura nobleza / de cualquier su natural, / que yo con poca sabieza / hago duda de lo tal.

  • Las tres respuestas tienen una argumentación parecida: hubo antes caballeros, pues a éstos los hace la nobleza, la cual se basa en la virtud; después el rey otorga el título o nombre y la riqueza.
  • La respuesta de Guillén es quizás la más radical: Y sabéis que el caballero, / sin tener quien le eligiese, / vino ante y postrimero / el rey que título diese.

/ Como no puede volver / un metal en su contrario / por que en su primero ser / quedará de necesario, / así no puede vileza / gozar de sangre real, / ni menos poca firmeza / cobrar nombre de leal (1989, pp.53-54). Es ésta una opinión que los conversos y sus descendientes, como Guillén o Cota, se cuidan de argumentar, por lo que les toca, o por lo que se les viene encima.

  • Ya Alonso de Cartagena, obispo de Burgos, había razonado en el mismo sentido a favor de los judeoconversos como su padre, nacido Salomón-ha-Leví y bautizado Pablo García de Santa María 13,
  • El principal motivo del odio de los cristianos viejos y lo que despertaba su envidia hacia los conversos, como antes hacia los judíos, era la protección que les brindaba la alta nobleza y, en general, su mayor nivel económico y educativo, con independencia de que algunos mantuvieran un criptojudaísmo más o menos formal.

Algunos seguidores de Américo Castro, quien atribuye a Cervantes ascendencia hebrea, han hecho una lectura del Quijote en clave criptojudía (véase Kenneth Brown 2012), aunque la única alusión en el libro sea la frase de I, 9 sobre los conocedores de la “otra mejor y más antigua lengua” que pudieran quedar en Toledo, cuando el segundo autor encuentra allí los manuscritos árabes con la historia de don Quijote que un morisco le traduce; pero si el tema judío queda oculto, o velado, el tema morisco es tratado abiertamente, sobre todo en los episodios del morisco Ricote -quien detalla en II, 54 cómo los moriscos son saqueados durante su expulsión- y su hija Ana Félix (II, 63), narrados poco antes e inmediatamente después del encuentro con don Antonio Moreno, sin que esto presuponga que este personaje sea de origen morisco 14,

En cuanto al asunto clave, el de la riqueza que todo lo puede, el estado de la cuestión sobre la compra de títulos de nobleza y de oficios que expone Jiménez (2013, pp.270-271) indica que se produjo con regularidad desde mediados del siglo XVI a causa de las necesidades de la Corona para financiar las guerras y mantener la hegemonía en Europa, pero que todo se hacía con suma discreción: Ahora sabemos con mayor certeza que oficios militares, pero también magistraturas de Audiencias y Chancillerías y Consejos de la Monarquía, corregimientos, hidalguías, hábitos de órdenes militares, títulos de nobleza y hasta grandezas, entraron en una almoneda pública con distintos ritmos e intensidades en su cronología, tanto en Indias como en suelo peninsular.

Partiendo de la idea de que los compradores y la administración trataron de silenciar todo rastro del dinero en sus operaciones venales, por las implicaciones legales, morales y de “deshonor” que el uso del “vil metal” tenía en la adquisición de este tipo de cargos, la clave radica en la aplicación de una correcta metodología basada en un análisis mucho más profundo de las fuentes primarias, el cruce de las mismas y la correcta interpretación de los silencios que esconden, frecuentemente, transacciones venales que quedaron enmascaradas bajo la etiqueta de concesiones graciosas del rey.

Los silencios de las fuentes primarias sobre las transacciones venales apuntan incluso a que la compra especulativa de títulos y oficios en la corte de los Austrias podría haber sentado un precedente de las burbujas financieras posteriores, sobre todo durante el siglo XVII, cuando se alcanzaban precios desorbitados por obtener cargos y prebendas de escasa rentabilidad, pero que generaban prestigio o “limpiaban” la sangre.

En este contexto, Don Antonio Moreno, de nobleza problemática en el “imaginario colectivo”, habría servido a Cervantes para mostrar, irónicamente, varios géneros de burla, incluida la de los linajes 15, El caballero de Barcelona es discreto, según declara el texto al comienzo del capítulo 62, por ser “amigo de holgarse a lo honesto y afable” -en referencia a las burlas que prepara para don Quijote, “porque no son burlas las que duelen, ni hay pasatiempos que valgan si son con daño de tercero”.

  1. Según Joly (1990, p.71), don Antonio es un “burlador discreto”, por obrar en sus burlas según la virtud de la eutrapelia -la buena, o sana, diversión-, en contraste con las burlas a don Quijote en la casa de los duques o con los entremeses y otros textos asociados a Diego Moreno.
  2. A propósito de la eutrapelia en las Novelas ejemplares, indica Wardropper (1982, p.167) que, en el Coloquio de los perros, Berganza aplaude la ambición de los mercaderes sevillanos que ayudan a sus hijos a situarse bien en la vida comprándoles ejecutorias de hidalguía; dice el perro de su amo: “pretende mejorar su estado sin perjuicio de tercero”.

Cipión, sin embargo, se opone a este juicio replicando que casi nunca se realiza una ambición “que no sea con daño de tercero”. Visto por los perros, el mundo de los seres humanos es complicado porque uno no puede nunca estar seguro de que sus acciones no redunden en perjuicio de otro 16,

  • Don Antonio Moreno, dice Redondo, es un caballero paródico, dentro de un contexto burlesco; pero también lo es don Quijote, un hidalgo pobre.
  • Por eso creemos que lo relevante en don Antonio sería su riqueza, que puede comprar títulos y noblezas discretamente, o sobornar en favor de Ana Félix 17,
  • Cervantes pudo elegir tal apellido precisamente para indicar, en un ambiente de celebración festiva donde cabe el disfraz morisco y toda clase de burla, que el caballero no es un Moreno cualquiera, aunque esa muy antigua y noble palabra, común a todas las lenguas románicas peninsulares, pueda llevarla cualquiera del común; es decir, Morenos somos todos, o casi, aunque algunos, como los mercaderes sevillanos, gracias a su riqueza y sin otros méritos, como quizás don Antonio, pueden comprar, con discreción, su ejecutoria de hidalguía y otras prebendas a los rubios Austrias en el poder, igual que hacen sus burlas, con perjuicio o no de terceros.

En fin, si pasamos de la burla, o del juego paródico, a la seriedad, o de las bromas a las veras, si pasamos del ejercicio literario al contexto histórico y político al que el otro remite, donde todo se compra y se vende más o menos solapadamente, incluso el nombre y la nobleza, lo que cuenta es ser Moreno rico o Moreno pobre, ésa es la cuestión de peso 18 allí donde los Morenos son “un tronco remotísimo” de “infinitos y desparramados miembros”, según escribe Galdós en Fortunata y Jacinta (1886, I, 6, 2, p.183), novela que nos presenta, aun después de dos siglos, más de lo mismo.

En efecto, si el apellido Moreno ha sido asociado antes, más bien, a la burla del linaje y a los moriscos a propósito del Quijote y otros textos áureos, en Pérez Galdós lo volvemos a encontrar relacionado, burla burlando, con el tema judío, que todavía colea. Pérez Díaz (1996), sin citar fuentes, se refiere al criptojudaísmo de los abuelos paternos del escritor canario, y Ortiz Armengol (2000, p.19), en su biografía, menciona el secretismo sobre su infancia y repite lo dicho a Clarín por Galdós en 1887: lo que pudiera tener interés es “de carácter privado y reservado, al menos por ahora y en algún tiempo” ( Alas, “Clarín”, 1889, p.11),

Personajes judíos se encuentran en Gloria 19, Misericordia, Aitta Tettauen y Carlos VI en La Rápita, En estas novelas, dice Schyfter (1978, p.7), los trata con simpatía, reivindicándolos, mientras que los camufla, dentro de un contexto de ironía y ambigüedad, en Fortunata y Jacinta -en referencia, únicamente, a Maxi Rubín- y en Torquemada, personaje éste que aspira a integrarse socialmente desde sus oscuros orígenes como usurero no creyente, o creyente sólo en la acumulación de riqueza, un fanático imitador de la nueva sociedad, en paralelo con el antiguo converso inquisidor y su exceso de celo.

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En Fortunata y Jacinta (1886-1887, II, 1, 1) leemos, a propósito de la tienda de la familia Rubín, más antigua que los Borbones, que desde inmemorial tiempo estuvo en los soportales de Platerías, entre las calles de la Caza y San Felipe Neri, desapareció, si no estoy equivocado, en los primeros días de la revolución del 68.

En una misma fecha cayeron, pues, dos cosas seculares, el trono aquel y la tienda aquella, que si no era tan antigua como la Monarquía española, éralo más que los Borbones, pues su fundación databa de 1640, como lo decía un letrero muy mal pintado en la anaquelería.

  • Dicho establecimiento sólo tenía una puerta, y encima de ella este breve rótulo: Rubín,
  • Federico Ruiz, que tuvo años ha la manía de escribir artículos sobre los Oscuros pero indudables vestigios de la raza israelita en la moderna España (con los cuales artículos le hicieron un folletito los editores de la Revista que los publicó gratis), sostenía que el apellido de Rubín era judío y fue usado por algunos conversos que permanecieron aquí después de la expulsión.

“En la calle de Milaneses, en la de Mesón de Paños y en Platerías se albergaban diferentes familias de ex-deicidas, cuyos últimos vástagos han llegado hasta nosotros, ya sin carácter fisonómico ni etnográfico “. Así lo decía el fecundo publicista, y dedicaba medio artículo a demostrar que el verdadero apellido de los Rubín era Rubén 20,

Como nadie le contradecía, dábase él a probar cuanto le daba la gana, con esa buena fe y ese honrado entusiasmo que ponen algunos sabios del día en ciertos trabajos de erudición que el público no lee y que los editores no pagan. Bastante hacen con publicarlos. No quisiera equivocarme; pero me parece que todo aquel judaísmo de mi amigo era pura fluxión de su acatarrado cerebro, el cual eliminaba aquellas enfadosas materias como otras muchas, según el tiempo y las circunstancias.

Y me consta que D. Nicolás Rubín, último poseedor de la mencionada tienda, era cristiano viejo, y ni siquiera se le pasaba por la cabeza que sus antecesores hubieran sido fariseos con rabo o sayones narigudos de los que salen en los pasos de Semana Santa.

Caro Baroja (1986, t.3, pp.215-216) alude a Gloria y a Fortunata y Jacinta (II, 1, 1) a propósito de los judíos en Galdós, y cita (t.3, pp.36-37, nota) una carta de Leandro Fernández de Moratín, dirigida a su tía paterna desde Lille el 7 de diciembre de 1787, en la que se refiere a un capellán de Vallecas que usaba todavía, para descubrirlos, el Centinela contra judíos 21 y a la opinión general de que los comerciantes de paños y lencería en torno a la plaza Mayor de Madrid descendían de judíos, o que los había incluso judaizantes (véase Fernández de Moratín 1821, pp.87-88 ).

Antes ya, Caro Baroja (t.3, pp.164 ss,) dedica varias páginas a la persistencia del criptojudaísmo y cita en su favor el libro de George Borrow, The Bible in Spain (1843), y la opinión de Juan Valera o Amador de los Ríos, así como la Historia de los judíos en España (1847) de Adolfo de Castro.

Adler (1984, pp.34-36), por su parte, se apoya en Américo Castro algo fuera de contexto, trasvasando al siglo XIX el viejo conflicto entre cristianos viejos y nuevos en paralelo con el desarrollo de la burguesía en esta centuria y adscribiendo a esta clase, frente a la aristocracia en declive, la orientación hacia el mundo terrenal y el distinto valor del dinero para unos y otros, lo que no impide que acaben confluyendo a través de la adquisición de propiedades, la compraventa de títulos y los enlaces matrimoniales.

Estudia, además, la traducción de Larra – No más mostrador (1831)- del vodevil de Eugenio Scribe, Les adieux au comptoir (1823), para ilustrar la crítica de esos matrimonios de conveniencia, transfiriendo una mera crítica social en Francia a un problema de conciencia en España.

  1. Eso mismo le sirve para adscribir una mentalidad conversa -ser una cosa y aparentar otra, según Américo Castro- a las familias emparentadas de comerciantes y banqueros de Fortunata y Jacinta -con los Morenos entre ellas-, así como al usurero Torquemada en las novelas que llevan su nombre 22,
  2. En Fortunata y Jacinta, los Morenos, ricos y pobres, o arruinados, se reparten en diversas familias a la caza lícita o ilícita del dinero con que comprar títulos y honores unos, o lamentándose de su pérdida otros.

Nada nuevo en principio, pues ya hemos visto que es algo constatable desde los Trastámaras y constatado por Galdós. Los títulos de nobleza y su compraventa son mencionados con detalle por el marqués de Fúcar en La familia de León Roch (1878, I, 3, pp.29-30), en una nueva versión de la burla de los linajes a propósito del padre del protagonista, José Roch.

  1. Fúcar es un nuevo rico especulador (“tratante en blancos”), y el marqués de Tellería procede de más antigua nobleza, o nobleza terrateniente, arruinada.
  2. Hay también otra nueva nobleza de la Administración, representada por Onésimo, con quien Fúcar está dialogando: -José Roch era un infeliz, un hombre bondadoso y simple en su trato social.

Le conocí bien Todo el orgullo y la vanidad del pobre Roch estaba en ser autor de su hijo. El año pasado nos encontramos Casi con lágrimas en los ojos, me dijo: “Amigo Fúcar Mi único deseo es que León tenga un título de Castilla. Es lo único que le falta”.

Yo me eché a reír. ¡Apurarse por un rábano, es decir, por un título de Castilla! Sr.D. José, si usted me dijera “quiero ser bonito, quiero ser joven” -pero ¿qué desea usted?, ¿ser marqués? A las coronas les pasará lo que a las cruces, que al fin la gente cifrará su orgullo en no tenerlas. Pronto llegaremos a un tiempo en que, cuando recibamos el diploma, tendremos vergüenza de dar un doblón de propina al portero que nos lo traiga porque también él será marqués.

-Señores -dijo seguidamente y con cierto enfado la lumbrera de la administración, enojo que podría atribuirse a sus proyectos marquesiles-, por mucho que se hayan prodigado los títulos de nobleza, no creo que estén ahí para que los tomen los chocolateros.

  1. Pues no faltaba más.
  2. Amigo Onésimo -objetó el marqués con flemática ironía-, yo creo que están para el que quiera tomarlos. Si D.
  3. Pepe no tomó el título de marqués de Casa-Roch fue porque su hijo se opuso resueltamente a caer en esa ridiculez hoy tan en boga.
  4. Es hombre de principios.
  5. Los Fugger-Fúcar tienen su origen como tejedores y comerciantes en paños en Ausburgo desde el siglo XIV.

Eran cristianos, pero emparentaron con judíos por matrimonio, según parece. Fueron ennoblecidos por los Habsburgos, de los que eran banqueros desde principios del siglo XVI. Jacob Fugger II, en 1519, proporcionó los fondos necesarios para la compra de los votos de los electores que elevaron al trono imperial a Carlos V.

Una rama de los Fugger se instaló en España, cambiando su apellido por el hispanizado Fúcar. Antonio Fúcar financió la guerra de Felipe II de España contra Francia y contra los turcos cuando los Fugger-Fúcar eran ya banqueros de la Santa Sede, también. El Decreto de Valladolid, en 1557, por el que Felipe II suspendía el pago de todas sus deudas y prohibía la exportación del oro español, provocó su ruina.

En el siglo XIX, el Fúcar galdosiano se burla descaradamente del linaje frente al disimulo hipócrita o interesado de otros nuevos ricos y otros nuevos pobres arruinados, enredados en la cursilería 23, la manía de aparentar linaje o distinción. En Fortunata y Jacinta se ocupa el narrador de diversas familias emparentadas y sus negocios, entre ellas los Morenos, ricos y pobres, “tronco remotísimo”: Pasemos ahora a los Morenos, procedentes del valle de Mena, una de las familias más dilatadas y que ofrecen más desigualdades y contrastes en sus infinitos y desparramados miembros.

  • Arnaiz y Estupiñá disputan, sin llegar a entenderse, sobre si el tronco de los Morenos estuvo en una droguería o en una peletería.
  • En esto reina cierta oscuridad, que no se disipará mientras no venga uno de estos averiguadores fanáticos que son capaces de contarle a Noé los pelos que tenía en la cabeza y el número de eses que hizo cuando cogió la primera pítima de que la historia tiene noticia.

Lo que sí se sabe es que un Moreno casó con una Isla-Bonilla a principios del siglo, viniendo de aquí la Casa de giro que del 19 al 35 estuvo en la subida de Santa Cruz junto a la iglesia, y después en la plazuela de Pontejos. Por la misma época hallamos un Moreno en la Magistratura, otro en la Armada, otro en el Ejército y otro en la Iglesia.

  • La Casa de banca no era ya Moreno en 1870, sino Ruiz-Ochoa y Compañía, aunque uno de sus principales socios era don Manuel Moreno-Isla.
  • Tenemos diferentes estirpes del tronco remotísimo de los Morenos.
  • Hay los Moreno-Isla, los Moreno-Vallejo y los MorenoRubio, o sea los Morenos ricos y los Morenos pobres, ya tan distantes unos de otros que muchos ni se tratan ni se consideran afines.

Castita Moreno, aquella presumida amiga de Barbarita en la escuela de la calle Imperial, había nacido en los Morenos ricos y fue a parar, con los vaivenes de la vida, a los Morenos pobres. Se casó con un farmacéutico de la interminable familia de los Samaniegos, que también tienen su puesto aquí.

Una joven perteneciente a los Morenos ricos casó con un Pacheco, aristócrata segundón, hermano del duque de Gravelinas, y de esta unión vino Guillermina Pacheco a quien conoceremos luego. Ved ahora cómo una rama de los Morenos se mete entre el follaje de los Gravelinas, donde ya se engancha también el ramojo de los Trujillos, el cual venía ya trabado con los Arnaiz de Madrid y con los Bonillas de Cádiz, formando una maraña cuyos hilos no es posible seguir con la vista (I, 6, 2, pp.183-184).

Constata luego que la maraña puede rastrearse hasta los Trastámaras, con lo que volvemos a los orígenes, ya planteados antes a propósito de los debates sobre la nobleza durante el siglo XV: La mente más segura no es capaz de seguir en su laberíntico enredo las direcciones de los vástagos de este colosal árbol de linajes matritenses.

Los hilos se cruzan, se pierden y reaparecen donde menos se piensa. Al cabo de mil vueltas para arriba y otras tantas para abajo, se juntan, se separan, y de su empalme o bifurcación salen nuevos enlaces, madejas y marañas nuevas. Cómo se tocan los extremos del inmenso ramaje es curioso de ver; por ejemplo, cuando Pepito Trastamara, que lleva el nombre de los bastardos de D.

Alfonso XI, va a pedir dinero a Cándido Samaniego, prestamista usurero, individuo de la Sociedad protectora de señoritos necesitados (p.188). En la parte tercera de la novela (1887) volvemos, con más detalles, a los Morenos ricos y los Morenos pobres: Quedóse sola Fortunata con la chiquilla; pero no pudo vigilarla, porque toda la tarde estuvieron entrando visitas.

Primero fue doña Casta Moreno, viuda de Samaniego, con sus hijas, dos jóvenes muy bien educadas o que se lo creían ellas. La mamá pertenecía a la familia de los Morenos, que en el primer tercio del siglo se dividieron en dos grandes ramas, los Morenos ricos y los Morenos pobres; pero habiendo nacido en la primera de estas ramas, vino a parar a la segunda.

Casó con Samaniego, hombre de bien y muy entendido en Farmacia, pero que no supo hacerse rico. Por los Trujillos, tenía doña Casta parentesco remoto con Barbarita; pero habiendo sido muy amigas en la niñez, apenas se trataban ya, porque la fortuna y las vicisitudes de la vida las habían alejado considerablemente una de otra Más cercano y claro era el parentesco de Casta con Moreno-Isla, el cual, a pesar de ser Moreno rico, mantenía cierta comunicación de familia con aquella Moreno pobre, visitándola alguna vez.

Se tuteaban por resabio de la niñez; pero sus relaciones eran frías, lo absolutamente preciso para salvar el principio del linaje. La rama de los Moreno-Isla establecía además un enlace remoto entre doña Casta y Guillermina Pacheco; pero este parentesco era ya de los que no coge un galgo. Guillermina y la viuda de Samaniego no se habían tratado nunca (III, 6, 7, pp.319-320).

Así pues, “el principio del linaje”, más o menos bastardo, se pierde en la noche de los tiempos y el parentesco ya no lo alcanza un galgo. No obstante, a los Morenos se les ubica originariamente, de manera irónica, en el valle de Mena, lo cual les dota de carta de hidalguía -de nuevo la burla de los linajes- y sus parientes, divididos en el siglo, lo ocupan todo, desde otro Don Antonio Moreno, abuelo de Moreno-Isla, “que usaba chorreras, corbatín de suela y casaca a todas las horas del día.

Hasta en el almacén (droguería al por mayor), estaba de frac” (I, 2, 1, p.131). Entre los Morenos a los que se aplica el don, los Morenos ricos, tenemos, en Fortunata y Jacinta, al abuelo Antonio, a Manuel y a Patrocinio, su hermana; y en Misericordia (1897), a Carlos, un Trujillo por parte de madre, de quien dice Schyfter (1973, pp.52-54) que es el beato hipócrita intentando abrirse camino en la misericordia divina con caridad medida y asistencia puntillosa a misa.

En contraste, el humilde y desinteresado judío Almudena -presentado o aludido a menudo en la novela como moro, o ciego moro, de color moreno cetrino, a veces como árabe, procedente de Sus, más allá de Marrakech- no reza para invocar los favores de Dios, y Benina, su amiga, es ejemplo de verdadera cristiana.

  • Para ellos, añade Shyfter, el dinero no tiene el mismo valor que para los otros personajes, pues no lo necesitan para sí mismos, para su propio prestigio o bienestar.
  • Contentos con lo que tienen, toman el dinero para compartirlo, actitud totalmente diferente a la de Don Carlos, Juliana, Obdulia, Ponte o Doña Francisca.

Además, a diferencia de Don Carlos o Juliana, que practican la caridad en una relación jerárquica, es decir, de ricos a pobres, de lo alto a lo bajo, Benina y Almudena dispensan la caridad a iguales. El dinero es el tema dominante, todos anhelan y están obsesionados por las comodidades y lujos que trae.

  • Sólo Benina y Almudena, tipos raros, trascenderían esta preocupación.
  • La discreción de don Antonio Moreno en el Quijote se ha convertido en su homónimo, el droguero en ostentación, y en don Carlos Moreno Trujillo en hipocresía y avaricia, o corrupción sin tapujos, tal como cuenta su concuñada: Ya pasaba de los sesenta la por tantos títulos infeliz doña Francisca Juárez de Zapata, conocida en los años de aquella su decadencia lastimosa por doña Paca, a secas, con lacónica y plebeya familiaridad.

Ved aquí en qué paran las glorias y altezas de este mundo, y qué pendiente hubo de recorrer la tal señora, rodando hacia la profunda miseria, desde que ataba los perros con longaniza, por los años 59 y 60, hasta que la encontramos viviendo inconscientemente de limosna, entre agonías, dolores y vergüenzas mil ( Misericordia, 7, pp.59-60).

-A buenas horas se acuerda de mí ese avaro, que me ha visto caer en la miseria, a mí, a la cuñada de su mujer pues Purita y mi Antonio eran hermanos, ya sabes y no ha sido para tenderme una mano ¡Un hombre que tiene en Madrid treinta y cuatro casas, según dicen, tantas como la edad de Cristo y una más; un hombre que ha ganado dinerales haciendo contrabando de géneros, untando a los de la Aduana y engañando a medio mundo, venirse ahora con cariñitos! A buenas horas, mangas verdes (10, p.95).

-Pero tú no recordarás lo que hicieron conmigo él y su mujer, que también era Alejandro en puño. Pues cuando empezaron mis desastres, se aprovechaban de mis apuros para hacer su negocio. En vez de ayudarme, tiraban de la cuerda para estrangularme más pronto.

  1. Me veían devorada por la usura, y no eran para ofrecerme un préstamo en buenas condiciones.
  2. Ellos pudieron salvarme y me dejaron perecer.
  3. Y cuando me veía yo obligada a vender mis muebles, ellos me compraban, por un pedazo de pan, la sillería dorada de la sala y los cortinones de seda Estaban al acecho de las gangas, y al verme perdida, amenazada de un embargo, claro se presentaban como salvadores (11, p.96).

Hay otros Morenos ricos más amables y generosos, con negocios más discretos, si no más oscuros. En Fortunata y Jacinta encontramos a don Manuel Moreno-Isla, un muy rico y anglófilo caballero, un gentleman 24, que corteja a Jacinta Arnaiz, la fiel esposa del seductor Juanito Santa Cruz, a la que trata, a su vez, de seducir discretamente, sin éxito, y que le rompe el corazón, en sentido propio y figurado.

  1. MorenoIsla, como indica el apellido, es un ser aparte, vive en su “isla”, con su spleen, más tiempo que en España, y no es creyente, igual que León Roch, el cual, como el judío Daniel Morton de Gloria, acaba yéndose al extranjero.
  2. Jacinta le dice, en una de sus últimas visitas:,”Es lástima que teniendo todos los medios de ser feliz no lo sea.

¿Qué le falta a usted?” Moreno sentía que el corazón se le hacía pedazos. “¿Pues no dice que qué me falta? Si me falta todo, absolutamente todo. ¡Ay, qué mujer!, si sigue en esta cuerda, creo que me pongo más en ridículo”. -¿Qué le falta a usted? Nada. Si no se le pusieran en la cabeza cosas imposibles, estaría tan campante.

Lo que tiene usted es mucho mimo. Es como los chiquillos. “¡Ya lo creo; soy como los chiquillos!” pensaba el infeliz caballero. -Moreno Rubio 25 lo ha dicho y tiene razón: usted tiene en su mano su salud y su vida. Si las pierde es porque quiere. Parece mentira que un hombre de su edad no sepa ponerse a las órdenes de la razón.

“¡La razón! Buena tía indecente está” observó D. Manuel dentro de su pensamiento. -Y sacudir las malas ideas y atemperar el espíritu; no desear lo que no se puede tener, y hacer vida ramplona, sin empeñarse en que todas las cosas se desquicien para acomodarse a su gusto y satisfacción.

¿Qué es el esplín más que soberbia? Sí, lo que usted tiene es soberbia, es usted satánico. Estos inglesotes se figuran que el mundo se ha hecho para ellos No, señor mío, hay que ponerse en fila y ser como los demás ¿Conque se cuidará usted, hará lo que le manda su primo y lo que le mande yo? porque yo también soy médica Otra cosa; aquí en España está usted siempre renegando y echando pestes.

Esto no le gusta, ¿pues para qué vive aquí? ¿Por qué no se va a Inglaterra? (IV, 2, 2, pp.118-119). El golpe mortal viene a continuación, cuando le aconseja que se case en Inglaterra y que tenga Morenitos:,Márchese a su Londres, estese allí quietecito, muy quietecito, y si se le presenta una inglesa fresca y de buen genio, cásese, apechugue con ella, aunque sea protestante ¡Ay, Dios!, que no me oiga Guillermina; sí, cásese, y verá cómo se le pasan todas las murrias, tendrá niños Me comprometo a ser madrina del primero digo, si es que le bautizan.

Y hasta madre me comprometo a ser si me le dan le tomo, aunque esté sin cristianar. Yo le bautizaré. Pero no hay que hablar de esto. Me contento con ser madrina del primer Morenito que nazca, y le diré a mi marido que me lleve a Londres para el bautizo.Al retirarse, Moreno pudo hablarle un instante sin testigos.

“Se hará lo que usted desea Se ha de cumplir todo el programa todo, hasta en lo que se refiere al nene. Tendrá usted su Morenito”. Jacinta observó en su mirada una expresión tan tétrica, que no pudo menos de decirse: “Está ya completamente trastornado” (pp.119-121).

  1. Habrá un Morenito para Jacinta, aunque sólo en su corazón será de Moreno-Isla, quien toma poco después la decisión de marcharse: “Mañana mismo me voy -dijo-, sí, me voy para siempre.
  2. ¡Morirme yo aquí, para que me lleven en esos carros tan cursis!” (IV, 2, 3, p.128) 26,
  3. No lo logrará.
  4. Poco antes de morir de un ataque la víspera de su partida, Moreno piensa: Vaya que este mundo es una cosa divertida.
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Yo desgraciado; ella desgraciada, porque su marido es un ciego y desconoce la joya que posee. De estas dos desgracias podríamos hacer una felicidad, si el mundo no fuera lo que es, esclavitud de esclavitudes y todo esclavitud (p.123).Pero yo digo: ¿no pasará por su mente alguna vez la idea de quererme a mí? Me contentaría con esto, con que la idea hubiera pasado una vez; vamos, dos veces.

  1. Bien puede haber dicho: “¡qué bueno es este Moreno!, si yo fuera su mujer, no me daría disgustos, y habríamos tenido un chiquillo, dos o más”.
  2. Quién sabe ¿Habrá dicho esto alguna vez? No sé por qué me figuro que sí lo ha dicho.
  3. Qué sé yo dentro de mí anida este convencimiento como un germen de esperanza, como una semilla que está dentro de la tierra y que no ha brotado pero que vive (p.129).

Y efectivamente, Galdós tenía prevista otra solución para este Moreno, con otro final para la novela, en el manuscrito primitivo. Willem (1992-93, p.182), a propósito de la versión descartada y de la definitiva, hace notar que Moreno-Isla no muere en el manuscrito original (Alpha) y cita a Mercedes López-Baralt (1987, pp.21-22), quien había señalado que la yuxtaposición del comportamiento de Moreno-Isla y el embarazo de Jacinta que allí sucede implica que el padre es Moreno-Isla en lugar de Juanito.

Luego indica Willem que, de hecho, ésta pudo haber sido la intención de Galdós, porque antes en el manuscrito Alpha se menciona que “Moreno ha tenido varios hijos naturales”. Es evidente que la posibilidad de un romance entre Jacinta y Moreno-Isla está totalmente en desacuerdo con la manera en que Galdós desarrolla y concluye su novela tanto en el manuscrito Beta como en el texto publicado, pero el autor conservaría la idea de unión entre estos dos personajes al permitirles convertirse en los padres simbólicos del bebé de Fortunata y de Juanito.

Así, al final, los pensamientos de Jacinta transforman al niño en una imagen de sí misma y de Moreno-Isla, a quien ella devuelve la vida pensando que “bien podría Moreno haber sido su marido vivir todavía, no estar gastado ni enfermo” (IV, 6, 15, p.428).

Concluye Willem que en la larga ausencia tras su muerte, Moreno-Isla se convierte en un sueño que hiere el corazón de Jacinta, y al hacer de Juanín hijo de Jacinta y Moreno-Isla en la imaginación melancólica de Jacinta, y no en la realidad concreta, Galdós pudo preservar la virtud de Jacinta y permitirle reconocer y aceptar el amor de Moreno-Isla.

Fortunata, en fin, la pobre, no es a la postre sino el vientre de alquiler del Morenito que promete a Jacinta, la rica, don Manuel Moreno, caballero rico y discreto enamorado, nieto del droguero don Antonio Moreno. Referencias Adler, Robert L.1984. The “converso” problem in Larra and Galdós, tesis, Ann Arbor, MI, University Microfilms International.

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  • Romancero general en que se contienen todos los romances que andan impressos en las nueue partes de Romanceros.
  • Ahora nuevamente impresso, añadido y emendado 1600. Imp.
  • Luis Sánchez, Madrid.
  • Salas Barbadillo, Alonso Jerónimo de 1958,

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¿Qué tan raro es el apellido Moreno?

Curiosidades sobre el apellido Moreno – Moreno se encuentra en el puesto 15 de la lista de apellidos más frecuentes según el INE y lo llevan en España en primer lugar 320.829 personas. Parece ser que las más antiguas casas Moreno se sitúan en Cantabria y de ahí se extenderían a Burgos y a toda la península.

  • Pero su origen es incierto.
  • Ni siquiera hay acuerdo sobre su etimología, que muchos relacionan con el griego y también con el latín, y en ambos casos haciendo referencia al color oscuro de la piel.
  • De ahí que muchos piensen que el apellido surgió como descriptivo en la época de la llegada de los musulmanes.

Esta teoría nos descoloca el origen del apellido en el norte y por eso hay fuentes que atribuyen la aparición de Moreno a un personaje histórico contrastado. Se trata de Lucio Murena, Pretor de la Narbonensis, una provincia romana en Francia que se extendía hasta los Pirineos, por lo que el apellido pudo haberse extendido fácilmente por el norte.

¿Cuántos Moreno hay en España?

Los 100 apellidos más comunes de España –

ORDEN APELLIDO FRECUENCIA POR 1.000
1 GARCÍA 1.462.696 30,8
2 RODRÍGUEZ 930.659 19,6
3 GONZÁLEZ 927.819 19,6
4 FERNÁNDEZ 910.545 19,2
5 LÓPEZ 871.745 18,4
6 MARTÍNEZ 833.665 17,6
7 SÁNCHEZ 818.322 17,2
8 PÉREZ 779.666 16,4
9 GÓMEZ 492.977 10,4
10 MARTÍN 485.649 10,2
11 JIMÉNEZ 396.237 8,4
12 HERNÁNDEZ 368.259 7,8
13 RUIZ 367.446 7,7
14 DÍAZ 342.548 7,2
15 MORENO 321.848 6,8
16 MUÑOZ 282.983 6,0
17 ÁLVAREZ 281.024 5,9
18 ROMERO 222.901 4,7
19 GUTIÉRREZ 195.913 4,1
20 ALONSO 194.767 4,1
21 NAVARRO 177.788 3,7
22 TORRES 172.278 3,6
23 DOMÍNGUEZ 157.637 3,3
24 VÁZQUEZ 146.602 3,1
25 RAMOS 146.394 3,1
26 RAMÍREZ 142.066 3,0
27 GIL 139.877 2,9
28 SERRANO 131.371 2,8
29 MOLINA 122.652 2,6
30 BLANCO 122.585 2,6
31 MORALES 122.459 2,6
32 SUÁREZ 120.909 2,5
33 ORTEGA 118.018 2,5
34 CASTRO 117.804 2,5
35 DELGADO 117.612 2,5
36 ORTIZ 108.948 2,3
37 MARÍN 105.273 2,2
38 RUBIO 103.886 2,2
39 NÚÑEZ 91.974 1,9
40 SANZ 91.758 1,9
41 MEDINA 90.282 1,9
42 IGLESIAS 88.107 1,9
43 CASTILLO 87.212 1,8
44 CORTÉS 86.595 1,8
45 GARRIDO 85.074 1,8
46 SANTOS 84.456 1,8
47 GUERRERO 80.053 1,7
48 LOZANO 79.924 1,7
49 CANO 77.296 1,6
50 MÉNDEZ 73.895 1,6
51 CRUZ 73.616 1,6
52 PRIETO 73.209 1,5
53 FLORES 72.260 1,5
54 HERRERA 71.635 1,5
55 PEÑA 70.187 1,5
56 LEÓN 70.087 1,5
57 MÁRQUEZ 69.918 1,5
58 GALLEGO 69.379 1,5
59 CABRERA 69.215 1,5
60 CALVO 69.144 1,5
61 VIDAL 68.194 1,4
62 CAMPOS 66.678 1,4
63 VEGA 65.152 1,4
64 REYES 64.546 1,4
65 FUENTES 64.442 1,4
66 CARRASCO 63.256 1,3
67 DÍEZ 61.889 1,3
68 CABALLERO 60.923 1,3
69 AGUILAR 60.801 1,3
70 NIETO 60.219 1,3
71 SANTANA 58.363 1,2
72 PASCUAL 57.215 1,2
73 HERRERO 56.992 1,2
74 MONTERO 56.493 1,2
75 GIMÉNEZ 56.475 1,2
76 HIDALGO 56.429 1,2
77 LORENZO 56.096 1,2
78 VARGAS 56.017 1,2
79 IBÁÑEZ 54.733 1,2
80 SANTIAGO 54.457 1,1
81 DURÁN 54.373 1,1
82 BENÍTEZ 54.134 1,1
83 FERRER 53.927 1,1
84 ARIAS 53.435 1,1
85 MORA 53.405 1,1
86 CARMONA 52.172 1,1
87 VICENTE 51.965 1,1
88 CRESPO 49.250 1,0
89 SOTO 48.976 1,0
90 ROMÁN 48.578 1,0
91 ROJAS 48.563 1,0
92 PASTOR 47.513 1,0
93 VELASCO 46.804 1,0
94 SÁEZ 46.533 1,0
95 PARRA 46.260 1,0
96 MOYA 45.734 1,0
97 BRAVO 45.197 1,0
98 SOLER 45.087 1,0
99 GALLARDO 44.773 0,9
100 ESTEBAN 44.507 0,9

¿Cuántas personas se apellidan como tú en España? Los apellidos más populares por provincia

¿Qué tan comun es el apellido Moreno en México?

Mapa de la distribucion del apellido Moreno en México – Estadísticas del apellido Moreno en los Estados: – Ocupa la posicion 14 en los apellidos más comunes de Coahuila de Zaragoza, donde 33180 personas lo tienen. – Ocupa la posicion 18 en los apellidos más comunes de Durango, donde 19498 personas lo tienen.

¿Qué significa el nombre de Moreno?

MORENO – La palabra moreno viene de moro, habitantes de frica del Norte que emigraban a Europa. Es un adjetivo calificativo como nazareno de Nazareth. – Gracias: stacio La palabra moro viene del latn maurus, que se refera a los habitantes de Mauritania, en el norte de frica.

El sufijo – eno, del latn – enus, indica pertenencia o procedencia, como en chil eno, salvador eo, cost eo, En qumica es usado para referirse a un compuesto que tienen un doble enlace como en: etil eno, et eno, prop eno, but eno, pent eno, etc, Avísanos si tienes ms datos o si encuentras algn error.

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¿Qué significa el apellido Moreno y su escudo?

Apellido castellano, frecuente y repartido por toda la geografía española e Hispanoamérica, procedente del latín –maurus-. El apellido Moreno surgió, según el filólogo Gutierre Tibón, en general, a partir del mote o apodo dado a aquellos individuos que eran de tez más oscura que los celtíberos y vascos del norte, durante la repoblación de la España ganada a los árabes.

  • Ya en el siglo XI se elevaba en la Merindad de Trasmiera (Cantabria) un castillo que, según la tradición, fue el primitivo solar de este linaje.
  • De él procedieron valerosos Capitanes que tomaron parte en las luchas de la Reconquista.
  • Hubo, no obstante, otras muchas casas solares del apellido Moreno, no emparentadas entre sí y originarias, en general, de los antiguos reinos cristianos del norte de España, pero también de Aragón, País Vasco y Navarra, desde donde pasaron al resto de España.

Se hallaron los Moreno, por ejemplo, entre aquellos que repoblaron el antiguo reino de Valencia, una vez ganado a los moros por el Rey Jaime I de Aragón. Procedían estos Moreno de Castilla y Aragón, y ya en el siglo XIV y XV existían casas del apellido en las poblaciones de Valencia (1354-1373), Xátiva (1421) y Llíria (1427).

  • Los de este apellido probaron, en repetidas ocasiones, su nobleza ante las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada, así como para su ingreso en las Órdenes Militares o el desempeño de cargos ante el Santo Oficio de la Inquisición.
  • Armas.- Unos Moreno trajeron: De oro, con un castillo, de gules, y dos águilas, de sable, que, desde sus almenas, emprenden el vuelo.

(Resumen extraído de la información original contenida en la lámina de este apellido editada por Instituto de Historia Familiar ©)

¿Quién fue el primer apellido Moreno?

El escudo de armas del apellido Moreno está compuesto por un campo de oro, una torre de gules y, saliendo del homenaje, dos águilas de sable volantes / Cortesía – Héctor Román│El Sol de Zacatecas El apellido Moreno, muy extendido en nuestros días por España y América Latina, desciende del caballero romano Lucio Mureno.

  1. Sus solares más antiguos están en Santander, Galicia, Aragón y Castilla.
  2. Tuvieron también casas solares en La Rioja, Aragón, y Galicia.
  3. Pasando también a Andalucía y Extremadura.
  4. En cuanto a la etimología y significado del apellido Moreno, indica que procede de moro, del latín maurus.
  5. El apellido Moreno surgió como mote o apodo dado a los andaluces, levantinos y extremeños, de tez más oscura que los celtíberos y vascos del Norte, durante la repoblación de la España ganada a los árabes.

El escudo de armas del apellido Moreno está compuesto por un campo de oro, una torre de gules y, saliendo del homenaje, dos águilas de sable volantes. Bordura de gules con ocho aspas de oro. Te recomendamos↓ El apellido Moreno, muy extendido en nuestros días por España y América Latina, desciende del caballero romano Lucio Mureno.

Sus solares más antiguos están en Santander, Galicia, Aragón y Castilla. Tuvieron también casas solares en La Rioja, Aragón, y Galicia. Pasando también a Andalucía y Extremadura. En cuanto a la etimología y significado del apellido Moreno, indica que procede de moro, del latín maurus. El apellido Moreno surgió como mote o apodo dado a los andaluces, levantinos y extremeños, de tez más oscura que los celtíberos y vascos del Norte, durante la repoblación de la España ganada a los árabes.

El escudo de armas del apellido Moreno está compuesto por un campo de oro, una torre de gules y, saliendo del homenaje, dos águilas de sable volantes. Bordura de gules con ocho aspas de oro. Te recomendamos↓

¿Cuál es el origen del apellido?

Cada apellido se formó usando cuestiones cotidianas de referencia como el oficio, el lugar de residencia, algún rasgo de la personalidad o un parámetro físico. Con el paso del tiempo, dejó de ser una costumbre únicamente de la burguesía y se extendió a todas partes del mundo.

¿Cuál es el primer apellido?

Primer apellido: El primer apellido de tu padre. Segundo apellido: El primer apellido de tu madre. Tercer apellido: El primer apellido de tu abuela paterna (la madre de tu padre)

¿Dónde es más comun el apellido Moreno?

Moreno es el decimoquinto apellido más común en España, Según el Instituto Nacional de Estadística, hay censadas 316.277 personas cuyo primer apellido es Moreno, es decir, unas siete de cada mil personas en España son Moreno, El país del mundo con más habitantes apellidados Moreno es México (algo más de 650 mil personas), seguido por Colombia (casi 350 mil) y España aparece en el tercer lugar del ranking. Las armas de Moreno son: En campo de oro una torre de gules y, saliendo del homenaje, dos águilas volantes de sable. Bordura de gules, con ocho aspas de oro. ¿Quieres saber el significado de estas figuras? clic AQUÍ. Moreno es un apellido castellano, descendiente del caballero romano Lucio Murena,

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Sus solares más antiguos radicaron en el siglo XI en la Merindad de Trasmiera (Santander), de donde pasó al Valle de Mena, en Villarcayo (Burgos) y en la ciudad de Segovia, Otros se establecieron en Logroño, Anguiano y Matute (La Rioja), en Toled o, Madrid, Andalucía y Extremadura, Probó su nobleza en todas las Órdenes Militares, en la Real Compañía de Guardias Marinas.

y ante las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada. Los escudos que se representan en nuestros productos heráldicos, en algún momento de la historia pertenecieron a algún linaje del apellido al que se hace referencia. Esto no significa que la información facilitada coincida genealógicamente con su ascendencia, por lo que su uso debe de ser únicamente decorativo o en su caso para información histórica.

¿Cuál es el apellido más comun de España?

Apellidos y nombres más frecuentes. Últimos datos

Nota Nombre / Apellido más frecuente
Hombres residentes en España 1 Antonio
Niñas recién nacidas 2 Lucía
Niños recién nacidos 2 Martín
Todos los residentes en España 1, 3 García

¿Cuántas personas en el mundo tienen el apellido Moreno?

Moreno Mapa de Distribución de Apellidos

Lugar Incidencia Frecuencia
México 652,549 1:190
Colombia 343,671 1:139
España 333,583 1:140
Venezuela 188,140 1:161

¿Qué apellidos son de origen mexicano?

Apellidos frecuentes en Latinoamérica – En cualquier caso, cabe destacar que en la población, por ejemplo, mexicana es más frecuente encontrar apellidos como: López Martínez, González, Rodríguez, Pérez, Sánchez, Ramírez y Flores, entre otros. Concretamente, según My Heritage, estos son los apellidos más frecuentes en países como Argentina, Chile, México y Colombia: Por un lado, en Argentina nos encontramos con: González, Rodríguez, Gómez, Fernández, López, Díaz, Martínez, Pérez, García y Sánchez.

¿Qué apellidos son los menos comunes en México?

¿Cuál es el apellido más raro en México? – De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía ( INEGI ), el apellido más extraño en este país es Freeman, Pero, ¿por qué este apellido es tan raro en México? Aunque muchos creen que este apellido tiene un origen anglosajón, en realidad se remonta a la época de la colonia en México,

  • Durante ese tiempo, los españoles llegaron al país y llevaron consigo sus apellidos.
  • Uno de ellos fue el apellido Freeman, el cual se hizo común entre las familias españolas establecidas en México.
  • Sin embargo, con el paso del tiempo, los miembros de esta familia se casaron y tuvieron hijos, heredando los apellidos de sus respectivas parejas.

Esto significó que el apellido Freeman fue perdiendo fuerza y se volvió cada vez más raro. Actualmente, hay menos de 20 personas en todo México con este apellido. Pero Freeman no es el único apellido extraño en México. El INEGI también ha registrado otros apellidos poco comunes, como Aguanta, Bastardo y Chub, cada uno de los cuales tiene menos de 20 personas con ese apellido en el país.

¿Qué es ser moreno en España?

Dicho de una persona: Que tiene el pelo negro o castaño.U.t.c.s. Sale con una morena guapísima.

¿Cómo se dice en inglés Moreno?

Moreno adjetivo, masculino ( morena f sing, morenos m pl, morenas f pl)

¿Cómo se le dice a un moreno?

Adjetivo –

Singular Plural
Masculino moreno morenos
Femenino morena morenas

1 De color oscuro, especialmente pardo

Sinónimos: bruno (poético), fuliginoso (poético).

2 Dicho de una persona, que tiene la piel o el pelo morenos 1

Uso: se emplea también como sustantivo Sinónimos: bruno (poético), morocho (Rioplatense), prieto, trigüeño,

3 Dicho de una persona, perteneciente total o parcialmente por su ascendencia a los pueblos que habitaban la mayor parte del continente africano, cuya piel tiene una alta concentración de melanina y un color que va del pardo claro al castaño muy oscuro, Por analogía con su coloración, se aplica también a algunas poblaciones nativas de Australia y del sudeste asiático

Ámbito: América Central, Caribe, México, Venezuela, Perú Uso: se emplea también como sustantivo Sinónimos: de color (eufemismo desusado), morocho (Rioplatense), negro, prieto (Cuba).

4 Dicho de una persona, de ascendencia mixta blanca y negra

Ámbito: Cuba Uso: se emplea también como sustantivo Sinónimo: mulato,

5 Dicho de la piel, oscurecida por la exposición prolongada al sol

Sinónimos: atezado, bronceado, tostado,

¿Qué es el escudo del apellido?

En heráldica, el escudo o blasón es el soporte físico, situado en el centro de las armerías ( logro heráldico ). El elemento principal de un logro heráldico es el escudo o blasón, sobre el que se representa el escudo de armas, Todos los demás elementos de un logro están diseñados para decorar y complementar estas armas, pero sólo se requiere el escudo de armas.

  • ​ ​ ​ El blasón también puede entenderse como la descripción heráldica de un escudo de armas o armería (palabra esta última que ha llegado a ser sinónimo de heráldica ) de una persona perteneciente a la nobleza medieval o a la iglesia católica ( heráldica eclesiástica ).
  • Esta descripción heráldica puede extenderse a los ornamentos exteriores, elementos paraheráldicos que acompañan al escudo.

El escudo representa el escudo que portaban los hombres de armas, como uno de los elementos de su panoplia de combate. ​ El escudo de armas representa el elemento central del logro heráldico completo. Tradicionalmente era exclusivo de una persona y su linaje, a la cual se le ha concedido el derecho; ​por extensión, y evolución posterior, eran propios de un reino o Estado, una organización o una corporación.

Las armas (o cargas) se presentan generalmente sobre un escudo, pero es posible representarlas sobre otros soportes: una vestimenta como el tabardo del heraldo, un elemento de arquitectura como un anuncio mural, un objeto doméstico o una bandera (en cuyo caso, la ciencia que estudia estos signos se denomina vexilología ).

En este caso, la forma del contorno es la del soporte. El escudo se caracteriza por su forma geométrica y sus potenciales divisiones, o mesa de espera, en la que están representadas las armas. El escudo puede tomar diferentes formas de acuerdo con el origen de su representación.

En el Diccionario de la lengua española, editado por la Real Academia Española, blasón se define como el “arte de explicar y describir los escudos de armas de cada linaje, ciudad o persona”, Es también un campo de expresión artística, un elemento del Derecho medieval y de las dinastías reales hasta nuestros días.

Más recientemente, ha sido admitida dentro de las ciencias anexas de la historia junto con la diplomática, la falerística, la sigilografía y la vexilología, El blasón o escudo es una palabra de origen oscuro, proveniente quizá de alguna lengua franconia de la palabra blâsjan (antorcha encendida, gloria) ​ o más probablemente del latín blasus, que significa arma de guerra,

  1. ​ Blasonar significa describir las armerías siguiendo las reglas de la ciencia heráldica.
  2. En un estricto sentido, el blasón es, entonces, un enunciado que puede ser oral o escrito.
  3. Es la descripción de las armerías hecha en un lenguaje técnico, el lenguaje heráldico.
  4. El blasonamiento es la acción que consiste en describir las armerías (y por tanto de enunciar el blasón que representa).

La ciencia del blasón es muy antigua, se funda menos de un siglo después que se estableciera el uso de armerías en la Edad Media,

¿Qué descendencia tiene el apellido Pardo?

Pardo (apellido) – Wikipedia, la enciclopedia libre

Este artículo o sección tiene, pero necesita más para complementar su, Este aviso fue puesto el 14 de agosto de 2021.

Pardo es un apellido español, que tiene su origen en Galicia y está muy extendido por toda la península. Procede del latín pardus, “leopardo”, por el color oscuro de este felino. ​ El apellido está documentado desde fines del siglo XI. A principios del siglo XIII, Aznar Pardo, valiente guerrero, pasó de Galicia al reino de Aragón donde fue mayordomo mayor del rey don Pedro.

En la guerra contra los moros se distinguió en la batalla de las Navas de Tolosa, en el año 1212. ​ Varios Pardo participaron de la Reconquista y fundaron solares en Toledo y Burgos. Otros establecieron casas solares en Alcantarilla, Águilas, Los Dolores del Plan, Beniaján, Molina de Segura, Puente Tocinos y San Javier.

El apellido pasa también a América.

¿Qué origen es el apellido Rodríguez?

Rodríguez (en portugués: Rodrigues) es un apellido patronímico español, originario del Norte de la península ibérica, actual España, donde es el segundo apellido más frecuente.

¿Cómo hago para saber de dónde proviene mi apellido?

Un buscador de apellidos te ayuda a investigar sobre tu árbol genealógico. – Todos tenemos al menos uno e inevitablemente es parte de nuestra herencia. Si nuestro nombre suele decir algo de nosotros y de nuestros padres, el apellido es parte fundamental de toda familia.

  1. Más común o más exclusivo, casi todos tenemos curiosidad por saber la procedencia del mismo, ya sea por descubrir nuestro árbol genealógico o por averiguar de dónde venimos.
  2. ¿Te gustaría saber cuántas personas tienen el mismo apellido que tú, qué significa o de dónde viene? Basta con que vaya a la web Forebears, una herramienta on- line que nos ayuda a conocer la procedencia de un apellido, en qué países se usa y cuántas personas en el mundo lo tienen.

También nos cuenta cuál puede ser su posible significado. Este site recopila los datos de los censos de población de los países, directorios telefónicos, nacimientos, bodas o defunciones, los datos más actuales son de 2014 y según el país también podremos ver cómo de repartido estaba nuestro apellido en 1880.

¿Cómo saber dónde proviene mi apellido?

Dónde buscar el origen de mi apellido – La herramienta más eficaz para investigar el origen de los apellidos es Internet, donde existen cientos de páginas que pueden aportar información valiosa sobre ese apellido que nos acompaña desde que nacemos, para luego procesarla y analizarla. Playa de Lopes Mendes, Brasil. Más del 70 por ciento de los 2,1 millones de Lopes viven en Brasil. La información suele ser muy detallada: además del origen de los apellidos, en muchas de ellas aparecen también el número de personas que comparten un apellido en el planeta, los países en los que están más presentes y hasta permiten conocer el significado de cada apellido y su heráldica.

  • Navegando por estas páginas se puede saber, por ejemplo, que el apellido Wang, de origen chino y cuyo significado es príncipe o amarillo, ostenta el primer puesto entre los apellidos, con 107.510.200 personas en todo el mundo.
  • Pero también, si un señor llamado López, por caso, quisiera conocer el origen de su apellido, encontrará que es vasco, que ocupa el lugar 59 entre los más usados -casi 9 millones de personas a nivel mundial-, que es patronímico de Lope (nombre de España Medieval) y que deriva del latín lupus (Lobo).

Además, que significa gordo y robusto. Pero si su apellido se escribe Lopes, la historia cambia: su significado es el mismo, lobo, pero su origen portugués y durante siglos fue el apellido judío más extendido en Portugal hasta que muchos de ellos emigraron en tiempos de la inquisición: hoy, existen 2.128.443 en el mundo con el apellido Lopes, y más del 70% reside en Brasil.

Estas páginas permiten averiguar también cuál es el apellido más común en cada país. En la Argentina, Chile y Paraguay, por ejemplo, es González, patronímico del nombre Gonzalo, así como en Alemania y Suiza es Müller, que significa molinero. Y en los Estados Unidos el apellido Smith (herrero) lleva la delantera y es compartido por uno de cada 121 nativos.

Fueron los mormones quienes clavaron la primera bandera genealógica en la web en 1999, con su página Familysearch.org, una de las más populares y que cuenta con mucho material sobre el origen de los apellidos y su distribución en el mundo. El acceso a Family Search es gratuito y contiene un robusto árbol genealógico -1.000 millones de nombres obtenidos de distintas bases de datos- con el registro preciso de nombres, apellidos y lugares y fechas de nacimientos y defunciones que permiten sumar piezas sobre el origen de cada familia. En Europa, las familias reales como los Tudor, eran los únicos con apellido antes de la Edad Media. Pero el sitio más visitados en los últimos años para investigar el origen de los apellidos es www.forebears.io (que en español significa antepasado). Forebears cuenta con un raking de los nombres y apellidos más comunes clasificados por continentes, regiones, países y hasta ciudades.

Otro dato interesante de esta web es su espíritu colaborativo: en caso de que el origen o significado de algún nombre o apellido no se encuentre registrado, se puede enviar la información para que sea agregada por los administradores y contribuir así a esta inmensa base de datos genealógica universal.

También hay páginas específicas de cada colectividad, como www.apellidositalianos.com, www.irlandeses.com.ar y www.misapellidos.com y vale la pena darse una vuelta por las ya clásicas www.ancestry.com y www.myheritage.es. Otro recurso que puede dar buenos resultados en la búsqueda del origen de un apellido es colocarlo en un motor de búsqueda como Google y lanzarse a una aventura genealógica más profunda.

¿Cuántas personas en el mundo tienen el apellido Moreno?

Moreno Mapa de Distribución de Apellidos

Lugar Incidencia Frecuencia
México 652,549 1:190
Colombia 343,671 1:139
España 333,583 1:140
Venezuela 188,140 1:161

¿Qué apellidos son originarios de Argentina?

El Renaper relevó los apellidos más predominantes por provincia y contabilizó más de 340 mil diferentes La Dirección Nacional de Población -DNP, dependiente del Ministerio del Interior, a cargo de Wado de Pedro-, confeccionó un informe denominado “Distribución geográfica de apellidos en Argentina”, que analiza la distribución espacial de los apellidos de la población actual de Argentina. Asimismo, el informe de la DNP -dependiente del Registro Nacional de las Personas (Renaper)- también pone el foco en la amplia diversidad de apellidos presentes en Argentina, ya que, si bien el 79% de la población se identifica con nombres de familia portados por 500 o más personas, éstos representan sólo el 2% de la totalidad de apellidos de todo el territorio nacional.

  1. La mayoría de los apellidos (69,9%) son portados por entre 2 y 99 personas (representando el 9,43% de la población); mientras que 73.363 apellidos (el 20,5%) posee un único representante (0,15% de la población).
  2. A los tres apellidos más frecuentes de nuestro país (González, Rodríguez y Gómez) los siguen Fernández y López, con más del 1% de la población cada uno a nivel nacional; y luego los apellidos Martínez, Díaz, Pérez, Sánchez y Romero, con cifras inferiores al 1%.

Estos 10 apellidos -todos de ascendencia española- representan al 10.4% de la población nacional.

  • En esta misma línea, en otro de sus apartados el informe señala que, en el 50% de las jurisdicciones, el apellido más frecuente (González) coincide con el más común a nivel nacional.
  • Al mismo tiempo, tomando en cuenta el ranking en cuestión, resulta llamativa la ausencia de nombres de familia de origen italiano, siendo que esta inmigración aportó 2 millones de personas entre 1881 y 1914.

Apellidos y movimientos de población. Con el objetivo de indagar en posibles procesos de movilidad poblacional en las distintas provincias, este informe analiza además en cada distrito, por un lado, el porcentaje de población portadora de apellidos únicos; y por otro, el de población cubierta por los siete apellidos más frecuentes.

  1. Del análisis hacia el interior del país surge que Santiago del Estero es la jurisdicción con mayor porcentaje de personas que comparten su apellido: en esta provincia, ocho de cada 10 santiagueños poseen un nombre de familia portado por 500 o más personas.
  2. A su vez, las provincias que mayor repetición de apellidos registran en su población corresponden a las regiones del Noroeste y Noreste del país, lo que podría señalar la existencia de familias más numerosas, así como menor frecuencia de movimientos poblacionales.

Este comportamiento es consistente con las significativas tasas de fecundidad que reflejaron estas jurisdicciones durante las últimas dos décadas. En otro sentido las provincias de la Patagonia, junto a La Pampa, San Luis y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires son las que mayores porcentajes exhiben de apellidos únicos o con menos de 10 portadores, lo que puede reflejar la existencia de procesos migratorios más recientes o un mayor movimiento poblacional.

De ellas, Tierra del Fuego es la que registra máximos valores en ambas categorías. En este caso, el comportamiento de estas provincias es congruente con las bajas tasas de fecundidad registradas en la mayoría de ellas durante los últimos 20 años. Haciendo foco al interior de las provincias, en algunas de ellas preponderan nombres de familias diferentes al ranking expuesto a nivel nacional, a saber: en Catamarca el apellido preponderante es Carrizo; mientras que en San Juan es Castro; Mamani en Jujuy; y Lucero en San Luis.

Los inmigrantes también son González. El informe expone además, y por jurisdicción, los porcentajes de apellidos más frecuentes de personas no nacidas en Argentina. Sobre este punto, señala que el 62% de los apellidos de inmigrantes coincide con el ranking de apellidos más frecuentes en el país, lo que muestra que, aunque las personas extranjeras suman su acervo a la diversidad cultural de Argentina, no necesariamente aportan apellidos Al analizar los apellidos de las personas inmigrantes surge que la mayoría de las personas no nativas con apellido González nacieron en Paraguay (apellido más frecuente, entre no nativos, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y las provincias de Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Formosa, Misiones y Santa Fe); mientras que aquellas apellidadas como Flores o Mamani lo hicieron en Bolivia (más frecuente, entre no nativos, en Catamarca, Salta, Jujuy, La Rioja, Mendoza y Tucumán).

  • Asimismo, en la mayoría de las provincias de la Patagonia se observa que, entre las personas no nacidas en Argentina, los apellidos más frecuentes son González y Vargas, y apuntan a Chile como país de nacimiento.
  • Sobre el informe de la DNP.
  • La Dirección Nacional de Población -dependiente del Renaper, organismo a cargo del Ministerio del Interior que conduce Wado de Pedro- tiene entre sus objetivos generar investigaciones en torno a las dinámicas demográficas de Argentina.

En este sentido avanza el análisis sobre “Distribución geográfica de apellidos en Argentina”, cuya fuente de información surge de los registros correspondientes a diciembre del año pasado de la Base de Datos del Renaper, donde se identifican a personas vivas con DNI, residentes en Argentina y portadoras de 348.288 nombres de familia distintos.

  1. En su contenido el informe de la DNP asegura que “los apellidos muestran de algún modo cómo ha sido el poblamiento del territorio nacional, donde confluyen aspectos como la permanencia en los lugares, la migración interna, externa y la inmigración”.
  2. Según aclara el informe: “La distribución y la frecuencia de apellidos en diferentes lugares (provincias o municipios) aportan elementos sobre procesos de movilidad que inciden en las distintas poblaciones”.
  3. “Así, al indagar la pluralidad de apellidos, no sólo es posible conocer cuál es su reparto a lo largo y ancho del país, sino también identificar aquellos territorios en donde existe mayor diversidad”, prosigue, lo que permitiría analizar “procesos migratorios recientes o de movilidad poblacional, los cuales suman elementos culturales, económicos y políticos a la sociedad”, concluye el informe.

: El Renaper relevó los apellidos más predominantes por provincia y contabilizó más de 340 mil diferentes