7 Hábitos de un buen diseñador web

Por Mariana Barreto - hace 6 años

Sección: Tech


El diseño web consiste en romper los límites de la tecnología y la creatividad para resolver mejor los problemas. En esencia, el diseño es sobre las personas.

Cuando hablamos de las personas, nos referimos a los miembros de equipo y a los usuarios. Dentro del espacio web y la aplicación móvil, los diseñadores digitales exitosos tienen que ser capaces de trabajar con diferentes personas con el fin de crear experiencias específicas para personas con las que nunca antes han conocido en sus vidas. Es un balance extremadamente difícil entre la lógica, ciencia cognitiva, creatividad audaz y normal empatía con las personas.

A través de los años se ha llevado a cabo muchas pruebas, y de los resultados.se obtuvieron algunas de las mejores y más comunes prácticas que un diseñador debe tener. A continuación, alguna de ellas:

1.   Diseño para establecer conexiones emocionales

Qué sería del mundo si todos se comportan de forma lógica y los usuarios solo acudieran a las páginas y aplicaciones con las mejores funcionalidades. No obstante esta utopía o distopía, según el punto de vista de cada uno, está lejos de ser el mundo en que vivimos y diseñamos, y los estudios muestran que los usuarios por lo general prefieren productos que creen conexiones emocionales en lugar de aquellos que solo funcionen bien. 

Estudios sobre los usuarios han demostrado el poder de las conexiones emocionales en el diseño web: los usuarios determinan cuán confiable y creíble es una página web según la apariencia, además los usuarios perciben a los productos agradables como más fáciles de utilizar, incluso bajo condiciones idénticas.

Los diseñadores web efectivos reconocen este punto, y diseñan de forma específica para crear esta conexión emocional, ya sea mediante la estética y la retroalimentación. Debido a que la percepción es una realidad dentro del diseño de experiencia de usuario, se puede decir que técnicas de diseño emocional como imágenes impactantes y fluidas animaciones hacen más memorable la utilidad de un producto.

2. Trabajo proactivo con desarrolladores

En algún punto los diseñadores trabajarán o trabajan con los desarrolladores, pero lo importante aquí es que lo hagan de forma proactiva.

Entregar al siguiente eslabón de la cadena los diseños totalmente formados es una parte mínima de lo que consiste la colaboración, si se puede llamar así. Lo mejor para todos los involucrados es formar una profunda relación con todos los miembros del equipo de diseño, en especial los diseñadores y desarrolladores.

Los desarrolladores de páginas web deben involucrarse en el proceso de diseño lo más pronto posible. Que formen parte de las reuniones, pruebas de investigación de usuario, sesiones de lluvias de ideas, entre otras cosas. Su participación, después de todo, determina si la visión del diseñador puede plasmarse. Hasta el último momento, los desarrolladores pueden advertir al diseñador si sus ideas son una pesadilla técnica, un diagnóstico, que si se detecta a tiempo, puede ahorrar tiempo al diseñador.

El diseñador debe entender la perspectiva del desarrollador y mirar cómo expresa las cosas. En lugar de preguntar al desarrollador: “¿qué cosa no es factible?” se debe preguntar “¿qué es lo más complicado?”. La formulación de las preguntas demanda menos compromiso inicial y crea una atmósfera más casual para una retroalimentación más honesta.

3. Enfocarse en la idea correcta, no aquella que es la mejor

El diseño digital no es un arte, sino es artístico e involucra mucha creatividad. Sin embargo, mientras el propósito mayor al que sirve esté relacionado con el negocio, nunca podrá ser una forma de arte puro.

Digamos que surgió una idea sobre un diseño brillante e innovador para una página de comercio a través del internet, la cual cambiará por siempre la forma en que las personas interactúan con las páginas web. Si los resultados de la investigación al público objetivo indica que ellos prefieren la comodidad de las interfaces existentes como Amazon, entre otras más, entonces lo más adecuado es dejar de lado esa gran idea y crear algo que se adecúe al molde de los intereses de esas personas. Esto no quiere decir que se deban descartar todas las ideas creativas.

Un diseñador efectivo crea en base a las necesidades del proyecto y no a las suyas. Están dispuestos a poner a un lado sus gustos personales y construir un diseño que cumpla su propósito. Cada diseñador sabe lo es que doblegarse ante clientes quisquillosos e interesados, pero solo los excepcionales lo hacen por las razones correctas. Eso no significa que no respalden sus ideas, pero entiendes que los aspectos del negocio de la industria del diseño van primero, en especial, antes de los suyos.

Una de las mejores estrategias para saber cómo cumplir con necesidades específicas fuera de los gustos propios es hacer referencia a los datos de usuario. Investigar cómo los usuarios actúan y qué les agrada proporcionará al diseñador una base sólida para que no tenga que depender de conjeturas y opiniones subjetivas. Construir personajes de los usuarios en base a datos confiables guiará al diseñador hacia el diseño adecuado para el proyecto, independientemente si el diseñador y otras partes creen que es lo mejor.

4. Tratar la interfaz de respuesta como una conversación humana

El objetivo del diseño de interacción es crear la interacción más real y humana posible, entre una persona desconocida y una máquina. No es una tarea sencilla, de modo que los diseñadores cuentan con cada herramienta disponible, en especial la retroalimentación.

La retroalimentación es el lado del sistema del diálogo bidireccional, lo que la convierte en un canal único y emocional para romper la sensación de “recuadro negro” para las nuevas experiencias con la tecnología. Es por ello que cada retroalimentación, desde mensajes emergentes hasta confirmaciones de creación de cuenta, es una oportunidad para expresar humanidad. Siempre se debe prestar atención a esas oportunidades, porque aunque el diseñador no lo haga, lo usuarios sí lo harán.

No existe una forma correcta para hablar con los usuarios. Lo único que importa es que el tono se adecúe a la personalidad del producto, después de todo es la voz del producto. Los diseñadores deben pensar en las personas a quien les habla, ¿Será apropiado utilizar un tono casual o prefieren un lenguaje más formal que promueva profesionalismo?

5. Diseñar los detalles correctos en el momento correcto

Diferentes etapas del proceso de diseño requieren de diferentes niveles de detalle. Ser demasiados preocupados con los detalles visuales antes de tiempo, distraerá al diseñador del asunto en cuestión. Pero, si se aplaza demasiado tiempo, retrasa el proyecto o apresura el trabajo. Los diseñadores efectivos pueden precisar la exactitud correcta, presentarlos de una forma que aliente la información precisa.

Cada diseñador valora la libertad de formar su propio proceso único, haciéndolo individual para ellos. Sin embargo, existen algunas etapas generales que abarcar. Las primeras etapas, como realizar el wireframing, deben ser de baja fidelidad, para que se pueda enfocar más en el diseño y la estructura. En esta etapa las decisiones están sujetas a cambio, de modo que ahondar en detalles como los biseles de los botones y las gradientes de fondo pueden ser una pérdida de tiempo. Una vez que el diseñador reúna a los interesados y los comentarios de los usuarios en el diseño inicial, lo siguiente es iniciar con los detalles de las imágenes.

6. Poner en equilibrio la cantidad de opciones

La libertad de elección puede ser un poco paradójica cuando se trata de diseño UX. Los usuarios quieren tener la libertad de elegir entre múltiples opciones y acciones disponibles. Al mismo tiempo, los usuarios buscan la simpleza, un patrón limpio y cuanta menos distracción sea posible. No obstante, entre ambos existe un balance perfecto, y los diseñadores efectivos saben cómo encontrarlo. 

El diseñador debe dedicar más tiempo en desarrollar su diseño y jerarquía de diseño. Al estructurar de forma inteligente el contenido, se puede ofrecer a los usuarios una variedad de opciones; no obstante, deben presentarse de una manera que no los abrume. Elementos como el color, tamaño, ubicación en la pantalla y espacio en blanco pueden influenciar en lo que se ve y lo que no.

7. Pensar más allá de la regla de los tres clics

 La teoría de los tres clics establece que los usuarios deberían poder acceder a lo que buscan en tan solo tres clics. La teoría gira en torno a la idea de que cuanto más clics haga el usuario, menos gustará de una página web y después de tres clics, ellos desistirán e irán a una interface “más sencilla”.

 

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Aunque existen pocas evidencias analíticas de que esto realmente sea así e incluso existen investigaciones que contradicen la teoría, se trata de una creencia común entre los diseñadores web, haciendo que esta regla se convierta en una parte importante de un buen sistema de navegación. Además de promover la simpleza y conveniencia; no obstante esto no siempre es sinónimo de “menos clics”.

 Para seguir esta teoría, las interfaces tendrán que sobrecargar sus menús con opciones para asegurarse de que todo esté cubierto, lo cual no sería beneficioso. En su lugar, los diseños de interfaz de usuario tienen como objetivo hacer que cada clic se tome en cuenta, en lugar de enfocarse en no sobrepasar el límite de los tres clics.

 El mejor método es hacer que cada clic lleve al usuario un paso más cerca de su objetivo y al mismo tiempo elimine algunos de los destinos irrelevantes para el usuario.

 

 

 

 

 

Autor del artículo

Mariana Barreto

Gerente Comercial en Staff Digital, Agencia de Diseño y Marketing Digital en Lima, Perú.

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